Las alfombras no solamente son elegantes ornamentos para los ambientes sino que además tienen algunas funciones importantes en el hogar. Precisamente por eso debemos ser muy cuidadosos a la hora de tomar una decisión.
Pero del mismo modo que ocurría con los cuadros, a menudo no tenemos demasiada idea de cuál será el mejor tipo de alfombra para cada ambiente y nos arriesgamos llevando a casa los modelos que más nos gustan sin tener en cuenta nuestras necesidades concretas.
Lo primero es pensar dónde irán, y es que deben colocarse en espacios que lo necesiten ya sea a nivel práctico o decorativo. Aunque cada uno lo decidirá en función de su caso particular, no es recomendable colocarlas en lugares de paso habitual como el recibidor, los pasillos y otras estancias que conecten el exterior con el interior del hogar, pues arrastrarían la suciedad de fuera y además se desgastarían antes. No cabe decir que también está completamente prohibido en baños y cocina.
¿Cuánto tiempo quieres tener la alfombra? Si quieres que dure muchos años, no escatimes en el gasto y hazte con una de la mejor calidad. Sin embargo, si te guías por las modas y puede que en dos años quieras cambiarla, no es necesario que compres los diseños más caros.
El uso que tendrá la alfombra y las características familiares (no es lo mismo vivir en pareja que tener niños) son también determinantes a la hora de elegir la fibra, la calidad del textil y también sus colores, pues la alfombra podría ensuciarse con más o menos facilidad. Si tienes hijos o si la alfombra está en un lugar muy concurrido, evita los colores claros y las texturas que deban limpiarse demasiado a menudo.
Piensa en la forma de la alfombra que mejor te vendría para cada lugar concreto y ten en cuenta el espacio disponible a la hora de escoger su tamaño. No escojas modelos demasiado grandes que abarroten por completo el suelo de la habitación, pues podría resultar agobiante.
Finalmente piensa en el estilo de la estancia y guíate también por tus propios gustos a la hora de escoger el motivo decorativo.
Alergias
La limpieza es fundamental para controlar los síntomas de la alergia. Si no podemos retirar la alfombra grande, debemos asegurarnos de aspirarla una vez a la semana. Algunas aspiradoras evitan que el polvo y la suciedad pasen al aire mientras se aspira. Los ácaros del polvo, el moho y el polen se acumulan en las fibras de la alfombra y todos ellos pueden ser un problema para los alérgicos. Aspirar las alfombras con frecuencia calma los síntomas, pero las personas con alergia grave deberían pensar en retirarlas.