Cuando Jesús dijo que el nacido de la carne es aquel que vive satisfaciendo su propia carne, el sentido no es el nacimiento físico, sino el espiritual. Sobrentendiéndose lo siguiente: vivir en la carne es satisfacer la voluntad de la misma; es estar en los caminos pecaminosos. Es satisfacer su propio deseo de realización.
Pablo, escribiéndole a los romanos, presentó la diferencia entre vivir en la carne y vivir en el Espíritu. El apóstol declara que aquellos que se inclinan hacia la carne piensan en las cosas de la misma, pero los que se inclinan hacia el Espíritu Santo fijan la mente en las cosas del Espíritu.
En varias cartas, Pablo advierte sobre el peligro que existe en las iglesias de personas que viven según las obras de la carne. Las mismas causan discordias, obstaculizan el crecimiento y dan pésimos testimonios.
Muchos de nosotros conocemos a personas que se dicen cristianas, miembros de la iglesia, que practican cosas equivocadas, haciendo todo lo que desagrada a nuestro Dios. Frente a ese tipo de situación, la primera reacción es sorprenderse y no creer. Pero las personas, practicantes de todo tipo de iniquidades, aún no nacieron del Espíritu y continúan viviendo en el pecado. Son cristianos hechos “en un tubo de ensayo, producidos en laboratorios.” No tuvieron una experiencia con Dios. Quizás hayan recibido una cura o una bendición, pero todavía no tuvieron un verdadero encuentro. No se rindieron al Señor Jesús ni al conocimiento de las cosas de Dios y de Su Palabra. Ese tipo de persona conoce mucho sobre Dios, hace oraciones, pero no es nacida del Espíritu Santo.
Balaam se manifestó como si fuera un hombre de Dios. Al entrar en medio de los enemigos de Israel, habló con Balac sobre la manera cómo debía vencer al pueblo escogido. Según él, Balac debería mandar a las mujeres más bonitas para cambiar el corazón de los soldados, con el fin de engañar al pueblo de Dios, y fue eso lo que Balac hizo. Siendo de esta manera, los hombres de Israel que estaban en la carne se prostituyeron con ellas, y no quedando satisfechos, comenzaron también a adorar a sus dioses, lo que trajo la ira de Dios sobre el pueblo. Pero, ¿qué fue lo que indujo a Balac a realizar semejante trampa para los hijos de Israel? Fue Balaam. En nuestros días existen muchos “Balaames”, estos están por todas partes e incluso se manifiestan dentro de las iglesias, porque son instrumentos del diablo.
Las personas actúan de la misma manera como Balaam y piensan en las cosas de la carne. Trayendo beneficios para ellas mismas. Ese egoísmo es inspirado por el diablo. Lamentablemente, dentro de las iglesias existen muchas personas que están siendo engañadas por el enemigo.
Mientras que esta situación siga sucediendo, la iglesia del Señor seguirá sufriendo. Es necesario cambiarla, buscar al Señor y rogar por Sus bendiciones en favor del pueblo.
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