Sofía no soportaba más la vida que llevaba, entonces decidió terminar con el dolor que sentía. Primero escribió distintas cartas para explicarle a su familia, su tristeza era inmensa, Alfredo, su marido estaba perdido en las adicciones y de él sólo recibía insultos y golpes, los problemas económicos empeoraban, su familia se derrumbaba, ella estaba deprimida, resolvió que lo mejor era morir.
Finalmente se tomó todas las pastillas que tenía en la mesa de luz, comenzó a sentirse somnolienta, hasta que quedó tendida en la cama. Cuando Alfredo llegó drogado, borracho como todas las noches la encontró desmayada en la cama y no la socorrió, las pastillas la hicieron dormir tres días seguidos pero no logró el objetivo: acabar con su vida.
Pero un día inmersa en la desesperación encendió el televisor y descubrió que no todo estaba perdido…
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