La ciudad que abrigó el Arca de la Alianza en Israel es famosa por la gastronomía árabe y por un prestigioso festival internacional de música
En el camino, entre Tel Aviv y Jerusalén (la importante Highway 1, en español, Autopista 1), en Israel, está en la ciudad de Abu-Gosh, localizada sobre una montaña, hoy famosa como la “capital del humus” (famoso plato árabe a base de garbanzo) y por su importante Festival de Música Vocal. Es un reducto árabe en medio de una nación judía muy buscada por turistas de varias culturas. Fue construida sobre la antigua ciudad bíblica de Quiriat-Jearim, donde el Arca de la Alianza (ilustración) quedó guardada desde la época de Samuel hasta los días del reinado de David.
“Vinieron los de Quiriat-jearim, se llevaron el Arca del Señor y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar, su hijo, para que guardara el Arca del Señor.” 1 Samuel 7:1
El Arca también fue a la tierra natal del profeta Urías. Hace más de 6 mil años atrás, se transformó en un verdadero centro religioso por la presencia del Arca. Durante el período bizantino (hace cerca de 1.500 años) y subsecuente, bajo el poder de los cruzados (alrededor de 1.000 años atrás), continuó con su tradición de recibir peregrinos de varias partes del mundo entonces conocido. La ciudad actual fue construida en el período Otomano, con la tradición árabe preservada hasta hoy. La mayoría de los habitantes actuales desciende de las familias de aquella época.
Dos veces al año, la ciudad es anfitriona del Festival de Música Vocal de Abu-Gosh, con innumerables conciertos (como en la foto). Cantantes y coros presentan las más tradicionales canciones clásicas, que ya se adhirieron, con éxito, a las presentaciones con canciones populares (incluyendo las de nombres como The Beatles y Janis Joplin) incluso las famosas trillas sonoras de grandes films de la historia de cine internacional.
Pero, para los israelitas, Abu-Gosh es realmente sinónimo de humus (foto), servido en diversos restaurantes, de los más simples a los bien sofisticados; algunos especializados en este manjar. Judíos y musulmanes tienen diferencias históricas, pero varios integrantes saben muy bien reconocer las cualidades gastronómicas de ambos lados. Independientemente de la cultura o de la religión, es común ver musulmanes, judíos y cristianos formando parte de las mismas plateas en el citado Festival de Música. Los aplausos son universales.
También famosa por sus vastos olivares (Quiriat-Jearim significa “ciudad de las florestas”), hoy el lugar, además de los muchos restaurantes, atrae apreciadores de café árabe, objetos artesanales de vidrio colorido y un local especial de velas de varios tipos. La bella naturaleza alrededor de la zona urbana es una atracción aparte para muchos visitantes.