En lugar de gritar, dialogar. Si siente ganas de golpear, dele un castigo. Algunas actitudes de los padres pueden construir una buena infancia y generar un vínculo afectivo con el niño. Pero eso solo es posible cuando hay un interés en cuidar, en proteger, y no en adular o reprender siempre.
Es lo que explica la psicóloga Roseleide da Silva Santos sobre las consecuencias de una infancia bien construida. “El niño es un campo fértil, por lo tanto el intercambio afectivo es aprendido y construido. Cuando el niño reconoce eso se produce el intercambio, logra desenvolverse en otras relaciones y lo continúa.”
Roseleide destaca que el cariño y el amor van más allá de un beso y abrazo. “La atención, la preocupación, el interés por el bienestar, mirar y reconocer las necesidades del otro, todo eso es una relación afectiva, amor, y el niño o el adolescente que recibe eso deseará compartir de la misma manera con el otro.”
Frialdad en las relaciones
Hay muchísimos jóvenes que no logran relacionarse con los padres y tienen solamente algunos amigos. Parece que sus relaciones son frías, sin afecto. Pero eso no está bien. “El intercambio afectivo es desarrollado. Si la persona se considera fría, en realidad, puede estar protegiéndose.”
Parece lo contrario, pero la frialdad indica que el joven necesita más cariño. “Si él no fue alimentado a lo largo de los años, no logra suplir su necesidad y se vuelve frío. Es como si dijera: “Yo necesito tanto cariño, pero no sé cómo tenerlo”, resalta la psicóloga.
Para derribar ese paredón de frialdad, es necesaria mucha paciencia y dedicación. “Es necesario ir de a poco quebrando lentamente la falta de relación, siendo firme, pero también amoroso.”
Además de la falta de cariño en la infancia, la frialdad juvenil se da también por reglas impuestas por la sociedad. “Esa falta de relación sucede más entre los niños, porque hay una regla machista colectiva que dice que el hombre no llora, que está prohibido demostrar lo que siente. El hombre no es insensible, se vuelve así”, dice Roseleida.
La realidad del joven actual
Para la psicóloga, hoy el joven es bombardeado por una serie de problemas y no tiene atención. “No hay alguien que lo aprecie, que lo valore. Es fundamental tener ese cuidado, no por imposición, sino de manera amorosa, orientando y reprendiendo cuando fuere necesario.”
La afectividad anterior vivida en la infancia, como el cuidado y la protección de los padres, puede formar un joven más cariñoso. “Sumado a eso, tener contacto, como un abrazo, por ejemplo, es fundamental, pues la verdadera manifestación de amor es compartida y no reprimida. Todo eso hace la diferencia en el joven”, finaliza Roseleide.
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