Nosotros no podemos estar preparados solo para las tribulaciones, persecuciones, injurias, en fin, para los ataques del diablo que vienen desde afuera hacia adentro de la iglesia, pues, generalmente, el obrero y la obrera piensan así. Cuando llega una persecución o la calumnia de una vecina, que es incrédula; de un compañero de trabajo que es incrédulo, del patrón, el obrero se arma y vence con facilidad, porque se armó espiritualmente contra aquel ataque proveniente de afuera.
Pero, en el caso de Jesús, los ataques no vinieron de afuera hacia adentro; Él fue traicionado por alguien que, si fuera en los días de hoy, estaría dentro de la iglesia. Él fue negado, desacreditado por alguien que estaba adentro; negado por Pedro, traicionado por Judas y soportó las dudas de Tomas.
La Biblia dice que existe la cizaña y el trigo; muchas veces, la cizaña está en nuestro medio y pensamos que es trigo. La cizaña se levanta contra nosotros, y si no estuviéramos preparados, la cizaña nos derrumba. Eso es un alerta para todos los obreros, piensen en eso, la cizaña no está en una casa de prostitución, en las salidas nocturnas, fumando marihuana… La cizaña no está en una casa abandonada comprando crack, la cizaña está dentro de la iglesia, en medio al trigo, sembrando contienda, calumnias, difamaciones, es el llamado “nacido de la carne”.
Por eso obrero, usted ya no puede caer en el mismo error de muchos, porque usted ha oído sobre eso, si alguien se levanta en contra de usted, sin razón, sin motivo y comienza a atacarlo, usted ya sabe cómo defenderse. Pensando lo siguiente: “voy a mantenerme firme, yo no voy a salir de la presencia de Dios, porque en el universo de cristianos que están en la iglesia existen los nacidos de la carne y existen los nacidos del Espíritu, existe la cizaña y existe el trigo, entonces, yo no voy a dejar que el diablo me derrumbe por esa causa, permaneceré porque todo pasa.”
Preste atención obrero y aprenda esa lección.
Dios lo bendiga.
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