¿Quién nunca se indignó, aunque fuere por un momento, con ese tipo de persona, que en un momento quiere algo, inmediatamente cambia de idea y ya no quiere más? ¿O esa que eligió algo e, influenciado por terceros, en cuestión de segundos cambia de opinión, mostrándose totalmente indeciso? Probablemente todos ya se encontraron con alguien así. Quizás usted que lee este texto sea la indefinición en persona.
Si nosotros, que somos seres humanos, sujetos a errores y defectos constantes, nos ponemos tristes con ese tipo de comportamiento, imagine cuándo Dios mira a alguien que se tarda en decidirse por Él.
Sabemos que ante las opciones más ventajosas es comprensible que la indecisión surja, al final, siempre queremos estar conscientes de que haremos la mejor elección. Por eso, es hasta aceptable cuando lo que está en juego son los bienes de este mundo, que son perecederos y luego sustituidos (a fin de cuentas, nadie quiere tener pérdidas) Pero ese comportamiento se vuelve inadmisible cuando se trata del Señor Jesús. Sí, eso porque quien titubea ante Él, demuestra que considera otros caminos mejores que el dejado por Él.
El obispo Edir Macedo, durante una reunión reciente en San Pablo, alertó a los que viven en esa situación. Él destaca que la mezcla de vinos, citada por Jesús en Mateo 9:17 – puede ser entendida como mezcla de fe-, es una de las grandes causantes de tanta indecisión. “No se mezclan vinos. Es muy fácil que las personas sean engañadas, aún dentro del Evangelio. Si usted quiere salvar su vida, primero tiene que definirse, elegir una nueva vida, llena del Espíritu Santo. En la Iglesia Universal del Reino de Dios todos hablan el mismo lenguaje, el espíritu es uno solo, no hay mezclas. Si usted se encaja bien aquí, entonces permanezca aquí”, aconsejo principalmente a los que les gusta “saltar” de iglesia en iglesia, siempre buscando novedades espirituales.
Es necesario tener claro que su vida depende de su cabeza y no de su corazón. Por lo tanto, reaccione, ¿alguien en este mundo ya fue capaz de morir en una cruz, llevando todos los pecados, sin merecer ese sufrimiento? Sí, el Señor Jesús hizo eso, y sabiendo que gran parte de la humanidad desprecia tal actitud. Él continúa con los brazos abiertos, esperando solo una decisión de quien aún sufre lejos de Él.
“Primero es necesario definirse, definir su fe, su postura ante la situación en que se encuentra. Jesús es la roca en la cuál usted debe sustentar su vida. Aquel que edifica la casa sobre la arena es semejante a un hombre insensato. Pero aquel que oye y practica la Palabra de Dios, es semejante al hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Si usted quiere una vida estable, segura, llena de paz, en fin, una vida abundante, la que fue prometida por Jesús, usted tiene que afianzarse en Él”, destaca el obispo Edir Macedo.
Cáliz de la Salvación
Si usted nota que Dios habla con usted a través de estas palabras, el momento es ahora. Tome una decisión en su mente y practíquela, no deje para después y no busque el consejo de nadie. El domingo 30, en todas las Iglesias Universal del Reino de Dios, usted tomará el Cáliz de la Salvación, invocará el nombre del Señor, cumplirá sus votos ante Él y en presencia de todo el pueblo de Dios.
En esa oportunidad, usted podrá participar de la Santa Cena, y crea que, al tomar los elementos que representan la sangre y la carne del Señor Jesús, entregados por Él para redimir el pecado del mundo, tendrá la oportunidad de humillarse ante Él, reconociendolo como el Único Señor y Salvador capaz de llevarlo a la plenitud de vida.
“Cuando nuestra alma bebe el Cáliz de la Salvación, no importa el día, los problemas, las dificultades, lo que importa es que nuestros ojos van a brillar por la presencia de Dios dentro de nosotros. Esa es mi riqueza y nadie puede tomarla por mí. Ciertamente, su pecado será removido y todo se hará nuevo en su vida”, destacó el obispo.
Si usted quiere andar por la fe, en la certeza, firme y decidido, acérquese a la Concentración de Fe en el Cenáculo del Espíritu Santo en Av. Corrientes 4070 Almagro. O en un Cenáculo más cercano a su domicilio.