“Soy una joven de 22 años, de una familia conservadora, nacida y criada en el evangelio. En mi adolescencia comenzó a gustarme una persona que mis padres no aceptaban, pero esa persona me encantaba, pues mostraba que realmente gustaba de mí. Era romántico e insistente. En fin, todo lo que una adolescente soñadora querría. Por ese motivo estuvimos de novios, a escondidas, durante 4 años. Él siempre me respetó y nunca se propasó. Eso me llamaba la atención y hacía que me gustara aún más. Conversábamos mucho y estar a su lado era muy bueno.
Él era joven, pero conversaba como un hombre. Fue muy difícil vivir esa historia. Mi madre no quería porque yo era muy joven. El padre de él traicionaba a su esposa, y mi madre decía que él era igual al padre y que si yo continuara insistiendo con esa historia, ella me iba a sacar de la escuela. Sufrí mucho. Comencé a maltratarlo y huía de él, hasta que se cansó de esa vida y terminamos. Dos meses después lo vi tomado de la mano de una chica embarazada, eso me dolió mucho. Yo sufrí aún más, y mi mamá me decía: “¿Lo ves? Te dije que él no servía. Dejó embarazada a una chica y eso era lo que quería hacer contigo.”
Él me dijo que el hijo no era de él, pero no le creí. Me pasé un año llorando todas las noches. Me puse firme en la IURD, me bauticé y conocí a un muchacho. Él no era evangélico, pero era de familia, a mi mamá le gustaba. Lo llevé a la iglesia, él se bautizó y estuvimos juntos durante 4 años. Mi ex novio me agregó en su Facebook y me envió su número de celular. ¡Mi corazón se disparó! Lo llamé y descubrí que realmente aquel hijo no era de él.
Terminé mi noviazgo de cuatro años y medio. Me gustaba mi novio, pero nunca sentí esas ganas de casarme. A mi madre le gustaba y eso para mí era suficiente. Descubrí que mi madre continúa teniendo la misma impresión de mi primer amor. Ella llegó a decirme que si me quedara con él, no sería más su hija. ¿Hasta qué punto mi mamá tiene razón? Ella ni siquiera lo conoce y lo juzga de esa manera. Veo en ella un odio mortal. ¿Qué debo hacer?, ¿Escucho a mi madre o a mi sentimiento?
Respuesta:
Mi linda, en mi opinión la voz que debería oír es la voz de la razón. Piense conmigo… Usted dice que lo ha visto tomado de la mano con una chica, pocos meses después de que ustedes terminaran la relación. Entonces yo le pregunto: ¿será que si él gustara realmente de usted de la misma manera que usted piensa, no habría esperado un poco más antes de relacionarse con otra persona? Usted dice que pasó un año llorando por él, pero 2 meses fueron suficientes para que él intentara olvidar todo lo que ustedes vivieron.
Bien mi amiga, ¡no se engañe! Usted estuvo con una persona durante 4 años y terminó por un contacto vía Facebook. ¿Dónde estuvo este muchacho durante estos 4 años? ¿Por qué él no se acercó a usted personalmente? ¿Qué le hace creer que, de verdad, ese hijo no era de él? ¿Apenas una conversación por celular?
Amiga, discúlpeme por la franqueza, pero en mi opinión, ese muchacho no la trató con el debido valor que usted merecía, y si usted lo acepta de esa forma, le estará mostrando que usted tampoco se valora.
¡Apéguese a Dios, querida! Haga del Señor Jesús, su primer amor y Él no suplirá solo su carencia, sino que hará de usted una mujer feliz y realizada en todas las áreas de su vida.
Use la razón, mi querida y no la emoción.
En la fe,
Flávia Barcelos
(*) Respuesta extraída del blog de Cristiane Cardoso.