Mefi-boset fue el nieto del rey Saúl y el hijo de Jonatán, que era gran amigo de David. Saúl y Jonatán murieron el mismo día y, en cuanto la noticia llegó al palacio, su nodriza tomó a Mefi-boset y salió corriendo con él. Con la prisa, el niño, que tenía 5 años, cayó y quedó cojo. Aun así, la nodriza tomó en sus brazos al descendiente del rey para vivir en un lugar llamado Lodebar. (Lea 2 Samuel 4:4).
Pasaron muchos años y sucede que el rey David le pregunta a uno de sus siervos: “… ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?”2 Samuel 9:1
Sí. Quedaba Mefi-boset, que fue criado en la región pobre de Lodebar, llevando una vida de miseria y necesidades. Sabiendo de la existencia del hijo de Jonatán, David ordenó que lo trajeran y le dijo: “…No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa” (2 Samuel 9:7)
Pero, Mefi-boset le responde: “… ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?”(2 Samuel 9:8)
Lecciones
La historia de Mefi-boset se repite en los días actuales. Hay muchos descendientes del Rey que, por no darse cuenta de sus derechos, en lugar de cenar en la mesa, viven mendigando y pasando necesidad.
Mefi-boset todo el tiempo supo que pertenecía a la realeza, sin embargo, prefirió llevar una vida mediocre, viéndose como un pobrecito y no merecedor de lo que era suyo por derecho.
La imagen que Mefi-boset tenía de si mismo era la de un derrotado, un perdedor, un fracasado. Y eso queda explícito en lo que le respondió a David.
Miembros de la realeza
Nosotros también somos miembros de la realeza. Tenemos derecho a llevar una vida abundante. No obstante, muchos, en lugar de ir al palacio prefieren vivir en Lodebar.
Usted puede estar pasando una vida con dificultades. Pero no se olvide de que también es hijo del Altísimo y aún hay tiempo de salir de Lodebar y vivir en un lugar mejor.
Mefi-boset tenía limitaciones físicas. No mire sus limitaciones, mire hacia las bendiciones de Dios.
No se atenga a los que sus ojos ven. Salga de Lodebar. Visualícese como un vencedor y disfrute de las bendiciones que son legítimamente suyas. Usted tiene derechos y también el deber de reivindicarlos.
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