La primera condición y la más importante para que el candidato reciba este bautismo es aceptar de todo corazón al Señor Jesucristo como único Señor y Salvador. A continuación, ser bautizado en las aguas por inmersión. Nadie puede querer recibir el Espíritu de Jesús sin antes haberse rendido al Señor Jesús.
Esta aceptación no puede ser solo de palabras, tiene que ser sincera, real; tiene que haber un sincero arrepentimiento por todo el tiempo en el que estuvo distante de la gracia ofrecida por Dios y por todos los pecados cometidos, conscientes o inconscientes. La persona debe tener una total aversión a todos los falsos dioses de este mundo, así como a las imágenes de ellos, sus religiones, sectas y filosofías.
En fin, todo lo que tiene apariencia de santidad pero que no está de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Aceptar la Sagrada Biblia como la única fuente de información de Dios y amoldar la vida dentro de su patrón tanto moral como espiritual. Ser fiel en los diezmos y en las ofrendas, con la intención de promover la evangelización del mundo a través de la palabra hablada, escrita y televisada.
Tal vez, el lector pregunte: “¿Qué tienen que ver los diezmos y las ofrendas con el bautismo con el Espíritu Santo?”. La verdad es que, cuando hay una sincera conversión, el cristiano es llevado a amar a su semejante, deseando que él también tenga la misma salvación.
Por eso, quien no está realmente convertido no está apto para dar el 10% de todo lo que le viene a las manos, además de ofrendar lo mejor para la obra de Dios en este mundo. Por lo tanto, eso es extremadamente importante para quien es candidato al bautismo, que solo el Señor Jesús puede realizar.
Algunas personas son bautizadas en el Espíritu Santo incluso antes del bautismo en las aguas por inmersión. Cuando eso sucede, es importante que ellas sean inmediatamente bautizadas en las aguas por inmersión, tal como sucedió en la casa de Cornelio. En aquella ocasión, Pedro les preguntó: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” Hechos 10:47, 48
No es común que acontezca el bautismo en el Espíritu Santo antes del bautismo en las aguas; pero, quien bautiza es el Señor Jesucristo y naturalmente Él trabaja como mejor Le parece. Sin embargo, el orden natural es creer en el Señor Jesús como único Salvador y ser bautizado en las aguas por inmersión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, conforme a la orden del Señor: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Mateo 28:19, 20