De hecho, el amor es mayor que todo, porque Dios es Amor. Entretanto, es imposible llegar al Amor por el amor. La fe es el único canal que une a la criatura con el Creador, ¡porque la fe es la certeza de las cosas que no se ven! Y la fe es justamente el único eslabón entre el ser material y el espiritual. La fe, que es de Dios, nos da acceso a Él y no el amor, ya que no podríamos amar a quien no conocemos. Y es la fe que nos lleva a conocer a Dios.
Muchas personas hablan del amor y de la caridad como si fueran las virtudes que aproximan el hombre a Dios. Afirman que sin caridad no hay salvación, y admiten el amor, como la condición de ayudar al prójimo y atenderlo en su necesidad como el acto supremo que puede salvar al ser humano. De hecho, el amor es el gran mandamiento de la Biblia y no se puede admitir el verdadero cristianismo sin esa virtud. Mientras tanto, no es el amor que encamina al hombre a Dios, ni lo que sustenta su vida.
“Mas el justo vivirá por fe” Hebreos 10:38
No está escrito que el justo vivirá por el amor, sino por la fe. La fe y solamente la fe, es capaz de hacernos conquistar todas las promesas de Dios y sobre todo la vida eterna. La fe de Abraham, que heredamos, depositada en el Señor Jesús, es lo que garantiza nuestra descendencia de Dios y nos hace, consecuentemente, herederos de Él.
“Sabed, por tanto, que los que tienen fe, estos son hijos de Abraham.” Gálatas 3:7
Fragmento extraído del libro “Misterios de la Fe” del obispo Edir Macedo.