Pinturas, esculturas y grabados encontrados en pirámides y otras edificaciones del Egipto antiguo muestran gatos estilizados, de ojos oblicuos, rabo fino y orejas grandes, con pelaje generalmente corto, la raza oriental. Descendiente del Siamés, era tan querido por los faraones y otras autoridades egipcias que obtenían protección de las leyes de la época, con castigos para quien matara a alguno.
Con las constantes invasiones y cambios de dominación, la raza se mezcló y perdió las características originales de los ejemplares estampados en las paredes de su país. Los admiradores de esta raza decidieron realizar cruzas calculadas, hasta volver a las características que distinguían al elegante gato en su glorioso pasado.
En la segunda década del siglo XX, los especialistas separaron definitivamente la variedad Oriental de los Siameses, constituyendo una raza independiente en la década de 1960, también denominada Foreign Shorthair (Pelo Corto Extranjero). En la siguiente década, se difundió entre los criadores y admiradores en Estados Unidos.
Además de la forma del cuerpo, el oriental difiere del siamés en el color de los ojos (verdes en la primera raza y azul en la segunda). El padrón de colores del pelaje puede ser muy parecido. La cabeza debe ser un triángulo perfecto, larga a la altura de los ojos y fina en la punta inferior, con contornos delicados. Los ojos, almendrados, se inclinan en dirección al hocico. Las orejas deben ser grandes y puntiagudas. Por más que el pelo corto prevalezca, hay ejemplares de pelaje más largo.
Como sus antepasados siameses, el oriental tiene la misma curiosidad y energía. Está casi siempre en movimiento. Es capaz de saltar muy alto y un maullador obstinado. Para quien prefiere gatos más tranquilos, se aconseja buscar otras razas. Es más dócil que el siamés, y muy apegado a su dueño.
Se adapta fácilmente a diferentes ambientes y convive muy bien con otros gatos y diferentes mascotas – una excelente oportunidad para jugar más y usar su inagotable energía.
No suele presentar muchos problemas de salud. Por lo tanto, es bueno cepillarlo una vez por semana, aunque sean ejemplares de pelo corto. Por más que no presente tantas enfermedades como otras razas, es necesario el acompañamiento periódico del médico veterinario, que va a orientar sobre vacunación y alimentación, como sobre otros cuidados.
(*) Con la colaboración del médico veterinario Mário Arico Jr, de Pet Shop Cándido-Motense (Osasco – San Pablo)