La iglesia estaba en obra, había polvo por todos lados, parecía un manto de harina que se podía sentir hasta en el aire.
Cuando algo no había quedado perfecto se tenía que volver a hacer y enseguida ese pensamiento: “de nuevo, no! Está todo limpio, y ellos van a volver ensuciar lo que limpiamos, mejor dejarlo así, casi no se ve que está sucio, porque está en un lugar escondido, después de todo quien va a mirar este pequeño detalle?”
Reparar cualquier cosa, por menor que fuera, implicaba ensuciar varios lugares y levantar un manto de polvo, lo que hacía que me pareciera que toda la limpieza no servía de nada, que era una pérdida de tiempo.
Me quedé pensando y comencé a comparar toda esta situación a la vida espiritual, pero específicamente en relación al pecado. Cuántas veces la persona tiene un pecado escondido. Algo que nadie ve, algo insignificante que pasa desapercibido… Parece que forma parte de su vida, se acostumbró a convivir con él y la persona no quiere tener el trabajo de “reparar” esa situación.
La persona piensa: “bautizarme de nuevo?”… “Ah no, qué van a pensar de mi? Para qué confesar el pecado escondido en mi corazón?… Además nadie lo está viendo, quien sabe si un día ese sentimiento sale o yo dejo de sentir que pesa en mi conciencia.”
Pero cuando se piensa así se olvida que está pensando que el bautismo no fue sino una simple zambullida en el bautisterio de la iglesia, pues todo siguió igual. El mismo carácter, los mismos pensamientos, las mismas actitudes… en fin, sigue siendo el mismo de siempre.
Por eso, es mejor levantar el polvo de nuevo y que quede algo perfecto que se pueda mirar se cerca. Mejor es tener el “trabajo” de reparar que dejar pasar el tiempo y que el defecto aumente y que sea peor. Provocando que lo que era tan pequeño, y pasaba desapercibido, se vuelva algo grande que todos verán.
Piense en esto, dedicar tiempo para el arrepentimiento y realizar un nuevo comienzo. No es una pérdida de tiempo, sino ganancia para la vida eterna.
Tania Rubim es esposa del obispo Joaquim Fernandes, responsable del trabajo de evangelización de la Iglesia Universal, en Miami, Estados Unidos.
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