“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.” “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” 1 Corintios 12: 12, 27
Sabemos que para que alguien sea obrero es necesario que la misma haya construido su vida sobre los fundamentos de la fe cristiana. Como por ejemplo entregar sinceramente su vida al Señor Jesús, bautizarse en las aguas, nacer de Dios, ser bautizado en el Espíritu Santo, ser diezmista fiel, etc.
Sin embargo, lamentablemente no siempre en la práctica se ve en el comportamiento de muchos la confirmación de que se han vivido esas experiencias elementales de una persona convertida.
Cada órgano tiene su función para el buen funcionamiento del cuerpo; los riñones filtran la sangre para purificarla, los pulmones son los responsables por la respiración, el estómago hace la digestión de todos los alimentos ingeridos, y así siguen los demás órganos en una sincronía perfecta. Todos esos órganos contribuyen al funcionamiento del cuerpo humano, cuando uno de ellos está enfermo, en seguida se notan síntomas como dolor, fiebre, hinchazón, etc. Y cuando existe la presencia de un elemento extraño en ese organismo, los otros órganos gritan anunciando a través de los síntomas acerca de ese cuerpo extraño en medio de ellos hasta que el mismo es expulsado.
¡Atención obreros y a todos los que dicen formar parte del cuerpo del Señor Jesús! ¿Será que usted que tiene un comportamiento que deja que desear – cuyas actitudes han sido reprobadas por los que le rodean y por su propia conciencia y que no han contribuido al perfecto funcionamiento del cuerpo de Jesús en este mundo- forma parte de este organismo realmente? ¿O es usted un cuerpo extraño infiltrado en el organismo de nuestro Señor? Si así fuera, tarde o temprano será expulsado naturalmente.
El Espíritu Santo es el Espíritu de ese Cuerpo y Su Hijo es la Cabeza ¡Cuidado! Esta alerta es para todos los obispos, pastores y respectivas esposas, auxiliares, miembros, en fin, todos los que tienen el nombre de “cristiano”.
Dios los bendiga.
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