Su hijo ni bien salió de debajo de sus faldas, comenzó la escuela y empezó a conocer a otros niños de la misma edad. Hasta que un día hace eco la frase: “¡Mami, estoy de novio!” ¿Cómo actuar con un pequeño de 8 años (en algunos casos hasta menos), que llega con esa noticia?
La psicóloga Tatiana Ades explica que esta es una etapa en que todo niño tendrá un amigo particular. “Lo normal es que el niño tenga pensamientos especiales en relación a su novia, la tome de la mano, converse con cariño.”
Es en este el escenario tan temido que los padres necesitan demostrar comprensión y no polemizar o dramatizar el asunto. “Se recomienda actuar con naturalidad estableciendo con el niño los límites considerados saludables, respetando la decisión de él, pero teniendo siempre en vista y en mente los peligros de una adolescencia precoz”, destaca la psicóloga.
Sin embargo, lo normal de esta etapa tiene límites y no puede transformarse en algo con connotación sexual. “La cuestión principal es no dejar que esta fantasía se transforme en algo sexual, teniendo en cuenta el libertinaje de la actualidad, como el dese cada vez más marcado de los niños de querer ser adultos, de descubrir el sexo anticipadamente, dejando la etapa esencial de juegos y de amor infantil atrás”, aclara Tatiana.
Según ella, en el caso de que el niño avance hacia actitudes sexuales, además de suprimir la etapa de la infancia, también hace peligrar su desarrollo como persona. “Es ahí que la estructura y la formación adecuada de la personalidad pueden correr riesgos. Vale recordar que un adulto saludable pasó por todas las etapas necesarias de la vida, sin omitir etapas.”
Tatiana también destaca que es extremadamente importante que los padres no incentiven ese tipo de relaciones en la infancia. “Como, por ejemplo, estimular el uso de labial y maquillaje pesado. Y, en casos extremos, como cuando el niño presencia escenas de sexo en la televisión. Los padres deben explicar que eso es algo no saludable para él”
“El niño no sale”
En opinión del publicista Dennys Godoy, los niños son cada vez más inducidos por los adultos a las relaciones con el sexo opuesto. “A los padres, a los tíos y a los abuelos les parece gracioso que el niño tenga alguna clase de estímulo sensual, sexual, o apasionado por otro niño. Eso es absurdo. En mi opinión, los padres jamás deberían introducir la palabra noviazgo en esa etapa, pues el niño no sale, sino que estudia, juega, aprende y se desarrolla.”
En cambio para la psicóloga, ese noviazgo infantil es saludable para el niño. “Pues es una especie de vínculo mayor, una etapa normal donde el niño usa su fantasía y desarrolla el amor al prójimo.”
La escuela también puede tener un papel importante en esta etapa del niño. “La acción del personal escolar es semejante a la de los padres, de estar siempre controlando los límites de la relación y, si hubiere un avance mayor de lo normal y saludable, se le debe avisar a los padres”, finaliza Tatiana.