“No existe dolor mayor que no poder hablar de Jesús. No existe dolor mayor que ser privado de predicar el evangelio del Dios vivo y ver a personas llorando frente a la iglesia sin poder al menos orar por ellos. Fue horrible, lamentable, doloroso.”
El relato del pastor Alex Sandro dos Santos, posteado en una red social, refleja muy bien el espíritu de los miembros, obreros y pastores de la Iglesia Universal de Angola que aun frente al cierre de la Iglesia por la determinación de las autoridades locales, permanecen firmes, clamando a Dios, en las puertas de los templos.
Hace muchos años que la Iglesia Universal trabaja de manera incesante en favor del pueblo angolano, víctima de innumerables estigmas sociales y conflictos civiles. La iglesia ha sido el refugio para personas de todas las clases sociales del país.
Lamentablemente, este trabajo es imposible hacerlo dentro de los templos ya que recibieron la orden del gobierno de cerrar sus puertas. Por ese motivo, muchos de los que encontraron socorro en la Iglesia Universal de Angola están llorando frente a las iglesias por haberse vedado el profesar su fe en un culto, como de costumbre.
Los pastores, obreros y miembros de la Iglesia Universal de Angola están clamando a Dios para que esa situación sea revertida. En las redes sociales, piden que sus amigos oren en favor de esta causa, para que su derecho de congregarse y buscar a Dios sea restituido.
Purificados por el fuego
“Hoy, en Angola, ya no somos más los mismos. Estamos siendo purificados por el fuego. Si antes amábamos nuestra iglesia, hoy con seguridad, la amamos mucho más. Si antes queríamos estar en la iglesia, hoy queremos mucho más. Estamos siendo renovados de una manera grandiosa. La verdad es que estamos más fuertes que nunca, porque Dios está con nosotros”, escribió el pastor Alex, en otro post.
“Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán.” Mateo 16:18
El gobierno Angolano suspendió por 60 días las actividades de la Iglesia Universal del Reino de Dios, con el objetivo de impedir la realización de cultos religiosos en sus templos y en recintos cerrados.