Ciudad de Persia, reinado de Asuero y su esposa, la reina Ester. El brazo derecho del rey: el malvado Amán. Si no fuera la mano de Dios y el coraje de Ester, todo el pueblo de Israel habría sido destruido.
Cuando el rey tiene a su lado a un consejero maquiavélico, que le da opiniones equivocadas y malas, las consecuencias pueden ser desastrosas, tanto para el soberano como para quien está a su alrededor.
Después de todo, el rey confía en esa persona y la escucha, actuando por encima de todo lo que ella dice. Fue lo que sucedió en aquel tiempo; si no fuera por Mardoqueo, hombre de Dios, que influenció la fe de su sobrina Ester, no habría quedado nadie para contar la historia. Todo el mal ya estaba preparado por una mente perturbada y un corazón perverso.
En los días de hoy, sucede lo mismo: los que tienen a su lado una persona así, terminan tomando decisiones equivocadas y perjudican a mucha gente. Vea bien quién está a su lado y qué influencia viene teniendo en su vida; si fuera una persona temerosa de Dios y espiritual, es una bendición; pero si fuera un Amán, cuidado, no se deje engañar por tal persona, ella quiere destruir a los que son de Dios, tal vez por envidia, celos, venganza o simplemente por pura maldad.
Cuántas personas han tomado decisiones equivocadas, incluso en la obra de Dios, sin primero verificar si esos consejos vienen de Dios para bendecir. Pero, para eso, usted necesita estar atenta/o y ser espiritual.
¿Y usted? ¿Se deja influenciar con facilidad, no tiene discernimiento de espíritu, confía demasiado en las personas sin analizar? ¡Cuidado con quién está al lado de su oído! No todos los que aparentan ser espirituales lo son realmente.
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