Una de las dudas más frecuentes de quien acepta a Jesús como su Señor y Salvador es como sucede la transformación de vida y el recibimiento del Espíritu Santo. Nacer de nuevo es un fenómeno espiritual que viene de Dios. Para elucidar como funciona, el obispo Edir Macedo hace una analogía con el nuevo nacimiento del hijo de Dios, que sucede sin que haya la intervención humana.
El obispo afirma que la forma como Dios opera el milagro de los milagros sigue la misma lógica de la generación de Jesús. “Ni iglesias, no doctrinas y mucho menos el vasto conocimiento bíblico torna posible nacer de Dios. El nacimiento del Espíritu Santo es obra exclusiva de Él.”
El obispo recuerda que María tuvo dudas sobre como daría a luz un niño cuando supo que sería madre del hijo de Dios. “Ella preguntó al ángel como Jesús nacería si ella no tuvo contacto con un hombre”, afirma.
El líder de la Universal aclaró que así como Maria, la mayoría de las personas han creído que se nace de Dios por el hecho de haber aceptado el Señor Jesús como Salvador y por el bautismo en las aguas. Y alerta: “A pesar de ser una doctrina cristiana, aun así es insuficiente para el nuevo nacimiento prometido.” Para reforzar la idea, el obispo cita el pasaje bíblica que cuenta la respuesta dada a Maria por el ángel: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios.” Lucas 1:35
El obispo aclaró que de la forma como Jesús fue engendrado en el vientre de Maria, también los hijos de Dios son engendrados por el Espíritu Santo. “Él los envolverá con su Sombra. En ese momento, hay muchas lágrimas. Primero, de tristeza por los pecados cometidos, ya que el Espíritu los convence. Y al sentirse completamente pérdida, la persona busca a quien puede salvarla. El Espíritu Santo apunta al Salvador. En ese mismo instante, al persona se rinde al Señor Jesús con todas sus fuerzas, de todo su corazón y entendimiento.”
El obispo Explica que por ese motivo el choro de tristeza se transforma en gozo y alegría indescriptibles. “A partir de entonces, la persona pasa a tener el carácter Divino, para vivir en novedad de vida.”
Testimonio de una nueva vida
Para ejemplificar y comprobar lo que el obispo Edir Macedo explicó sobre el “Nuevo Nacimiento”, vea el testimonio del pastor Carlos Ostan (foto de arriba). Él cuenta que había sido bautizado en las aguas y participaba en la Universal, pero no había, realmente, recibido el Espíritu Santo.
El pastor relata como sucedió el milagro de la nueva vida. “No vivía más en el pecado. No usaba más drogas, no era más ladrón o traficante, sin embargo, no era nacido de Dios. Un miércoles a la noche, en el momento de la reunión, mientras yo estaba orando, ocurrió la cosa más gloriosa que podía suceder. Me acuerdo como si fuera hoy. En un determinado momento, el Espíritu Santo me convenció de mis pecados, me hizo ver cuán sucio y perdido yo estaba.”
Él dice que la sensación era como si una película estuviera pasando por su cabeza en relación a todo lo que hacía de malo. “Mis pecados pasaron por mi memoria. En aquel momento, yo me vi perdido, desesperado. Pero fue exactamente allí que el Espíritu Santo, en mi mente, no en el corazón, me mostró y me reveló a Su Hijo Jesús. Entendí que Jesús era el único que podría salvarme.”
Nació un profundo y sincero arrepentimiento para el pastor Carlos. “Allí Jesús perdonó todos mis pecados, me lavó con Su sangre y, en 18 años de vida, yo oí, por primera vez, a Jesús llamándome hijo. Por primera vez también pude decir, mi Padre. Fue el día más glorioso de mi vida.”
El pastor afirma que pueden pasar millones de año, pero él nunca olvidara ese día. “Parece incluso que fue hoy. Yo tuvo asco de la vida que llevaba y odio del pecado. Yo tuvo paz. Otra que nació en mí, fue el amor por las almas. Yo quería llevar para a otras personas lo que, en aquel momento extraordinario, tenía conmigo.”
En aquel instante, él hizo una oración y un pacto con Dios. “Jesús, no quiero más vivir para mí. Quiero servir al Señor ganando almas. Si quieres usarme Señor, envíame a cualquier parte del mundo a predicar Tu Palabra y yo iré. Dejo todo para servirte, aunque tenga predicar Tu Palabra a los indios, en medio de la selva”, recuerda.
Para el pastor nada más le importaba. Él solo quería ganar almas. “Todo cambio en mi interior. Al final de la reunión, fue inmediatamente a hablar con el pastor y le dije que, a partir de aquel momento, yo quería que Dios me usara en Su Obra.” Carlos fue orientado a entrar primero al grupo joven, evangelizar y después ser obrero. “Después el Espíritu Santo me levantaría a pastor y, gracias a Dios, fue lo que sucedió, por la misericordia del Padre.”
Hoy, el pastor Carlos esta hace 20 años en la Obra, haciendo lo que más ama: salvar almas para el Señor. “Sólo una cosa amo más que salvar alma, mi salvación. El ‘Nuevo Nacimiento’ es mi mayor tesoro. Espero, en el nombre de Jesús, que suceda lo mismo con todos”, finalizo el pastor.
(*) El testimonio del pastor Carlos Ostan fue publicado en el blog del obispo Alfredo Paulo.