Las Educadoras de la EBI son voluntarias que se dedican a enseñar la palabra de Dios a los más pequeños que día tras día llegan a la IURD. Su trabajo es arduo porque muchos niños llegan con problemas familiares, económicos o de salud. Sin embargo, no solo cuidan y apoyan a los niños dentro de la iglesia sino que también salen a llevar la palabra de Dios a aquellos que sienten que no existen más esperanzas de cambio.
En este caso, el grupo de Educadoras del Templo de la Fe se reunió para evangelizar en el barrio porteño de Chacarita.
Fue una tarde inolvidable, las chicas llevaron útiles escolares para donar y fueron recibidos con mucha alegría. El trabajo fue muy gratificante ya que tuvieron la oportunidad de hablar con muchos niños y varias familias sobre el poder de Dios. Además, repartieron ejemplares de El Universalito con testimonios de chicos que a través de su fe pudieron cambiar sus vidas y fueron invitados para participar de las reuniones de la IURD y de la EBI.
Resultados del trabajo de la EBI
Hoy, con 19 años, Ángeles Rocha, puede afirmar que su vida tuvo un cambio de rumbo gracias al poder de Dios.
Con apenas seis años, Ángeles tenía muchos problemas en su familia. “Todo comenzó con la muerte de un familiar que destruyó todo. A causa de esto comenzaron a ser más frecuentes las peleas, las agresiones verbales, es decir la desunión completa de mi familia. Yo dentro mío tenía mucho odio, y dolor. Por todo esto era una niña depresiva.
Pero participando de las clases en la EBI, aprendí a perdonar, a orar por mi familia. Y así que fui viendo los cambios. Ahora mi familia es otra, estamos unidos, logramos superar el pasado y somos felices.
Hoy tengo 19 años y soy educadora de la EBI, es un placer poder hacer también lo que un día hicieron conmigo, que es poder mostrarle a los niños el camino a la felicidad eterna: el Señor Jesús”, cuenta Ángeles.