El camino que elegimos seguir muchas veces es largo y arduo, sin embargo, recompensa todo el esfuerzo cuando alcanzamos lo que queríamos desde el principio. Sin embargo, el problema puede aparecer exactamente ahí, cuando alcanzamos el objetivo. ¿Será que eso quiere decir que debemos darnos por satisfechos?
Muchas personas se acomodan con aquello que conquistan y se olvidan de renovar sus votos de fe y gratitud. Por eso es tan necesario renovarse cada día, reflexionar sobre lo que puede no estar bien en nuestras vidas y darnos una oportunidad para mejorar.
Si usted está apartado, por más que no sea físicamente, ahora es el momento de poner en práctica un cambio interior que lo hará comunicar sus temores y obtener fuerzas para cambiar efectivamente su vida. Es el momento de despertar el deseo de renacer espiritualmente.
Cuando Nicodemo preguntó acerca del nuevo nacimiento, Jesús le respondió que no es posible ver el Reino de Dios sin nacer de nuevo.
“Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” Juan 3:4-6
El Señor Jesús conoce el corazón de los hombres. Cuando usted está en comunión con Dios, está lleno de amor en su interior y también de discernimiento que lo lleva a orar y recibir bendiciones. Usted reconoce la Biblia como la Palabra de Dios y asume el compromiso de vivir Sus enseñanzas.