El pasado martes 9 de abril a las 16, el obispo Djalma visitó la sede de la Iglesia Universal del Reino de Dios de Lomas de Zamora, donde realizó una reunión para más de 2100 personas en la que predicó sobre la importancia de tener la vida entregada en el altar.
Las personas comenzaron a llegar a la iglesia cuatro horas antes del comienzo de la reunión y, faltando media hora para el inicio, el salón ya se encontraba lleno, lo que provocó que el obispo se adelantara y comenzara el evento 15 minutos antes.
El obispo realizó una oración fuerte determinando la sanidad y la liberación de quienes habían llegado a la iglesia con una enfermedad o un dolor. El poder de Dios se manifestó y cientos personas recibieron la cura. Apenas 15 fueron entrevistadas para no extender en demasía la duración de la reunión.
A continuación, el obispo explicó: “Uno dice: ‘Yo di mi vida a Jesús, me entregué, Lo acepté’, entonces tienen que verse resultados en su vida, porque Dios no es perverso ni mentiroso para que usted haga su parte y Él no haga la suya.
Todas las promesas de la Biblia, que son más de ocho mil, están destinadas a quienes se encuentran en el Altar. ¿De qué sirve una promesa si no estoy en el Altar? Si no estoy en el Altar, esas promesas no se cumplirán en mi vida”, afirmó.
Luego, invitó a los presentes a entregar verdaderamente su vida a Dios. Muchos se acercaron al altar para hacer efectiva esa entrega y disponerse a obedecer la voz de Dios.
Testimonios:
María Inés: “Hace treinta años sufría del intestino, tenía un nódulo en el busto y un quiste en el ovario, pero participé en la oración y desapareció todo, me palpo y no siento más ni el nódulo ni el quiste”.
Hilda: “Tenía seis hernias de disco y mucho dolor en las rodillas, hace diez años que sufría con eso. Gracias a Dios ya no tengo más dolores”.
Darío: “Tenía una hernia, mucho dolor en la ingle, hace unos seis años que sufría con eso, la podía palpar al tocarme, pero gracias a Dios desapareció”.
José Luis: “Hace un mes tuve una fuerte infección que casi me cuesta la vida. Me había quedado la vesícula inflamada, pero después de la oración se desinflamó. Tenía que operarme pero me siento bárbaro”.
Así finalizó la reunión en la IURD de Lomas de Zamora, ubicada en la calle Laprida 553.