Actitud y fe. La actitud hace que las cosas sucedan. ¿Ya vio cómo viven las personas que esperan mucho de los demás? ¿Qué esperan el empleo de sus sueños? Esos están estancados, esperando y perdiendo oportunidades.
El paralítico de Capernaúm supo que Jesús estaba en la Ciudad y quiso hacer algo para recibir su milagro. Sin embargo, él no caminaba, por eso contó con la ayuda de sus amigos para llevarlo hasta el Señor Jesús. En vez de quedarse quieto, escuchando que la bendición estaba cerca. Él pidió ayuda y aprovecho la oportunidad. (Marcos 2).
Y no fue solo a pedir ayuda. Al llegar en donde estaba Jesús, había una gran multitud, y necesitó que sus amigos lo llevaran, de alguna forma, hasta Jesús. Y bajaron al paralitico desde el tejado de la casa en donde estaba el Señor. ¿Cómo no recibir el milagro de esta forma?
Las consecuencias de actuar por la fe
El paralitico no se quedó pensando, esperando que Jesús fuese hasta él, solo buscó la manera de estar cerca de Jesús. No le importó la distancia, la dificultad. Él quería llegar y contó con sus amigos, pero la primera actitud fue de Él.
1. Él vivió lo que era imposible
¿Cómo podría un paralítico llegar cerca de Jesús con toda aquella multitud? Él ni quiso saberlo, no consideró las dificultades, solo actuó a favor de aquello que quería y encontró amigos que lo condujeron hasta allí
2. Encontró ayuda
Él solo tuvo ayuda porque tuvo actitud para decir que quería llegar hasta Jesús. Si no hubiera sido así, los amigos no lo hubieran llevado. El deseo de actuar nos hace encontrar a las personas correctas, en la hora y momento cierto.
3. Hizo lo que nadie había hecho
Imagínese a alguien descendiendo por el techo acostado en una cama. Jesús estaba con el pueblo cuando, de repente, bajaba “algo”. No había forma de que Él no lo viera y que esa actitud no despertara la bendición. A veces lo que nos falta es mostrarle a Dios lo mucho que queremos aquella dádiva. Tener actitudes improbables es tener fe.
4. Vivió el milagro.
El paralitico deseaba tanto su cura que la tuvo. Parecía imposible, improbable, demasiado difícil para sus ojos, su realidad no era aquella. Él solo vivió el milagro porque no espero, tuvo una actitud de fe y osadía.
Es necesario ir más allá de lo que se ve, tener actitudes diferentes de lo cotidiano. ¿Quiere algo? ¿Qué ha hecho para vivir eso? ¿Qué actitudes ha tomado?
La actitud de fe, de osadía, de búsqueda, alegra el corazón de Dios. Esté atento, su bendición puede estar cerca, pero si está preso de su comodidad, perderá la oportunidad. Tenga actitud y viva su milagro.