Días malos vienen y van, como los días de lluvia. A veces, hasta nos acostumbramos a ellos, pero no cuando se hacen interminables y todo se vuelve gris y triste. Sentimos ganas de dormir y de sólo despertar después de un mes, cuando ya todo haya terminado. De vez en cuando ese pensamiento viene a nuestra mente, especialmente en determinados períodos del mes, cuando somos 75% pura emoción.
Aun así, tan pronto como la tempestad pasa, nos preguntamos por qué prestamos tanta atención a cosas tan pequeñas. ¿Por qué el deseo de desaparecer de la faz de la tierra era tan constante? ¿Por qué exageramos tanto? Nuestro Señor sabía eso cuando dijo:
“Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” Mateo 11:29,30
Él sabe cuando nosotras somos capaces de volvernos dramáticas, especialmente cuando todo parece estar en nuestra contra. Aun así, siempre nos alivia de nuestra carga ¡con una paciencia sencillamente sorprendente!
Tal vez piensas que ser cristiana sea una carga que tengas que cargar sin necesidad; como si tuviésemos que ser perfectas y completamente aisladas de las demás personas. Sin embargo, el Señor afirma que Su yugo es suave y Su carga ligera, ¿por qué muchas mujeres cristianas se sienten tan sobrecargadas? Simplemente, debido la presión ejercida por parte de las religiones e iglesias. ¿Qué está pasando? Nuestro Señor es manso y humilde de corazón, dice que yugo es fácil y que en Él encontraremos descanso para nuestra alma. Si alguna vez te sientes presionada y sobrecargada debido a algo que está pasando en tu vida, basta con entregar todo en Sus manos. Jesús no te pedirá nada que no puedas hacer. Él es paciente y si no tienes fuerzas para cambiar de una sola vez, te fortalecerá poco a poco. Y cuando estés preparada para dar un paso más en Su dirección, estará con los brazos abiertos para recibirte.
Esa es la vida cristiana que yo conozco. Todo lo demás que he mencionado acerca del cristianismo, las imposiciones y exigencias que oprimen y hacen a las personas sentirse como si estuviesen camino del matadero, son pesos innecesarios que acaban apartando a las personas de Dios. Dios quiere ayudarte y no apartarte de Él. Quiere darte más paz y no quitarte la poca que tienes. Su carga es tan ligera, que todas las veces que estés débil para usar tu fe, Él no te condenará, sino que te mostrará el camino que debes seguir para salir de esa situación.
Piensa en Él como un Padre de amor. Alguien que está a tu lado en cualquier circunstancia. ¿Hiciste algo terrible? Aun así, todavía está a tu lado; aunque no esté de acuerdo con tu error, te ayudará a salir del agujero en el que caíste. Para de aceptar tantos yugos y cargas. Acuérdate: Su yugo es suave y Su carga es ligera. ¿Será que eso no es suficiente?
Extraído del libro “Mejor que Comprar Zapatos” de Cristiane Cardoso