En oposición al ocio – que hoy la sociedad lo entiende como un tiempo de reposo necesario para la recuperación física y renovación de ideas -, la pereza puede limitar a una persona a desarrollar sus actividades y cumplir sus propósitos diarios, en casa y en el trabajo.
Sin embargo, la falta de voluntad, disposición y ánimo para realizar cualquier tipo de actividad, puede ser un alerta de cansancio físico o de agotamiento intelectual. Según el psicólogo, especialista en comportamiento humano, Alexandre Rivero, podemos destacar el estrés emocional como un gran causante de la pereza en el individuo. “El estrés es el responsable de generar cansancio físico y mental cuando alcanza niveles de extenuación”, afirma.
La inercia a la que se entrega el perezoso permite que el tiempo gastado se desperdicie y no aporte nada a su vida. No se dedica a ninguna situación cotidiana y necesaria, tampoco a ningún compromiso más importante, como, por ejemplo, una reunión profesional. Lo que termina corroyendo las expectativas de otras personas que puedan contar con ese individuo.
Desmotivación y falta de confianza
La pereza también es sinónimo de desmotivación. “Puede expresar un estado depresivo con pérdida del humor, falta de energía y desmotivación. Puede ser el miedo a enfrentar desafíos vinculados a una baja autoestima o la resistencia de aprender nuevos comportamientos y habilidades. O sea, lo que llamamos pereza puede contener una complejidad de estados de humor y emociones”, comenta Rivero.
El perezoso carga con el peso aparente de la negligencia hacia el otro, el descuido de sí mismo, la falta de iniciativa o voluntad para el trabajo y otras actividades cotidianas. Se presenta una tendencia para evitar o rechazar nuevos trabajos y cualquier situación en la que se exija algún esfuerzo.
Además de todo eso, la pereza puede demostrar falta de confianza en sí mismo. “La baja estima personal, la falta de autoconfianza, crea limitaciones importantes en la carrera profesional. Aquí, la pereza asume un ´esconderse´ a nuevas responsabilidades que la persona se siente incapaz de cumplir”, añade el especialista.
Por eso, si usted siente mucha pereza, es importante evaluar lo que está sucediendo, y no privarse de buscar ayuda. Tenga en cuenta que sentir pereza es común, pero permanecer en eso puede traerle perjuicios. Piense en las cosas que usted quiere conquistar y el tiempo que está perdiendo con la pereza. Renueve sus fuerzas y no deje que ese sentimiento lo limite.
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