El propósito más esperado por los fieles de la Universal esparcidos por todo el mundo, comenzó el pasado lunes 23. El Ayuno de Daniel tiene por objetivo llevar a las personas, durante 21 días, a privarse de todo tipo de información no cristiana: entretenimientos, televisión, internet, juegos, música, del cine, películas, novelas y cualquier otro tipo de contenido que no se refiera a Dios.
“El propósito, el objetivo grandioso de Dios es que todos tengan el Espíritu Santo. ¿Y sabe por qué? El Espíritu Santo no es dado para hablar en lenguas, para profetizar, ni con el objetivo de mejorar la vida de nadie. Mucho menos para realizar sueños o proyectos personales, y sí el Espíritu Santo tiene el objetivo de habilitar a Sus seguidores para que sean testimonios vivos de la resurrección del Señor Jesús”, dijo el obispo Macedo, durante el mensaje amigo transmitido el pasado martes 24, en la programación de TV Universal y de Red Aleluya.
El Bautismo con el Espíritu Santo tiene un objetivo singular. La persona bautizada debe convertirse en un testimonio de la resurrección del Señor Jesús. El primer escogido para ese acto en la Tierra fue Juan el Bautista, una persona escogida a dedo por Dios.
“Nosotros estamos en este ayuno de 21 días, uniendo la fe, para que todos sean bautizados, todos sean escogidos y sean testimonios de la resurrección del Señor Jesús”, afirmó el obispo.
“… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8
“Pero ¿cómo dar testimonio de alguien que nació, vivió, murió, resucitó y ascendió a los cielos hace 2 mil años atrás? ¿Cómo testificar la resurrección si no estábamos allá? Cuando usted es poseído por el mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús, es cuando Él desciende sobre usted, Él nos da las palabras correctas para decirles a las personas que Jesús está vivo. Por lo tanto, cuando una persona es bautizada y sellada con el Espíritu Santo, el objetivo es que sea en primer lugar un testimonio vivo de que Jesús está vivo”, comentó.
Cuando la persona es bautizada con el Espíritu Santo, es un testimonio vivo, y sus palabras convencen y muestran que tuvo un encuentro verdadero con Jesús.