Hay un fallo que de vez en cuando se vuelve evidente en algunas mujeres. Parecen ser tan perfectas y tienen un comportamiento tan amigable que, a veces, incluso te sientes inferior a ellas por el modo en cómo tratan a los demás. Pero, para mi sorpresa, terminan mostrándose como personas completamente diferentes y es muy difícil entender el por qué de tanto disimulo. Unos dicen que lo que quieren es agradar a los demás y por eso se comportan de esa manera; otros dicen que sólo quieren enmascarar lo que realmente son… Pero, ¿por qué? ¿Por qué esconderse detrás de alguien que no existe? Si eso es así, entonces nadie jamás será suficientemente bueno, pues por lo que me consta es que todas somos seres humanos sujetas a errores y fallos.
¿Cómo podrán las personas conocerse si continúan mostrando una máscara de aquello que les gustaría ser? ¿Cómo podrá alguien amar a una persona que no existe? ¿Cómo una relación o una amistad podrá resistir de esta forma? En realidad, fingir ser una persona que no se es, acaba siendo una tarea mucho más difícil. Es preciso sostener las mentiras que se dicen y cambiar de máscara todo el tiempo, ¡eso es un trabajo muy duro! Y tarde o temprano, tendrá que enfrentarse a las personas que engañó, decirles la verdad, pensar en disculpas para no quedar mal. Acabará por perder su confianza después de tanta vergüenza y humillación.
Nadie consiguió jamás tener éxito intentando ser lo que no era. En un momento u otro, la persona acaba revelándose como realmente es y, así, comienza a ser vista como una mentirosa durante el resto de su vida. En realidad, las personas no quieren saber las disculpas que da, todo lo que les importa es que les mintió y que no es lo que parecía. De esta manera, acaba perdiendo la oportunidad de ser aquella buena amiga, futura esposa o confidente…
¿Has visto? ¡Fingir no es nada fácil! Si fueras tú misma, las personas te amarían por lo que eres, incluso con todos tus errores y defectos ¡Eso es amor de verdad! Nunca exigirán algo que no les puedas dar, pues te conocen. Actuando así, vivirás en armonía contigo misma y nunca más tendrás que perder el tiempo con máscaras y disculpas disfrazadas para justificar tus fallos. Si eres transparente, fácilmente encontrarás un amor verdadero y, por encima de todo, encontrarás a Dios, que te conoce por dentro y por fuera y jamás acepta máscaras o farsas. ¡No tiene sentido! Imagínate que conoces a una persona y después descubres que estaba fingiendo todo el tiempo. ¡Es absurdo! Así es exactamente como Dios se siente, y tal vez sea por esta razón que muchos religiosos en el mundo entero nunca llegan a conocer a Dios.
Fragmento del libro “Mejor que Comprar Zapatos”, de Cristiane Cardoso | Foto: Thinkstock
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