Según el psicólogo Fernando Elías José, en esta época del año, el llamado a la familia unida, el perdón, es un intento de restablecer algunas relaciones. “El problema es que eso no perdura y, nuevamente, termina perdiéndose la atención sobre la familia.”
Pero ese contacto puede continuar, si las personas estuvieran muy abiertas a la familia. “Debemos tener la noción de que tenemos más afinidad con una que con otra persona. En la medida que sepa lo que siente por cada uno, debe haber un esfuerzo mayor para convivir con todos”, explica.
La unidad familiar le trae beneficios a cualquier ser humano. “No existe manera de que haya una base, aprendizaje, estructura, si no hay una familia. La formación del carácter depende de la convivencia familiar. Pero está claro que la persona que no tiene familia, debe fomentar, periódicamente, la relación con amigos para tener este contacto”, aclara el psicólogo.
Si el contacto y la convivencia con las personas que nos caen bien tiene lugar solo en esta época del año, puede considerarse hipocresía. “Eso se repite en varios momentos. El día de los muertos, por ejemplo, las personas generalmente van al cementerio para limpiar, poner flores y el resto del año hablan mal del que murió”, dice.
Según el especialista, durante el año se construye y se mantiene una cercanía. “Y para que este contacto se dé con frecuencia, es necesario tener disposición en la relación. Lo que no puede haber es una expectativa de perfección, la cual debe disminuir para respetar al otro tal como es.”
Pero, lamentablemente, el distanciamiento entre las personas, en general, sucede. “Eso se debe a que existe la exigencia de permanecer más cerca, pero en contrapartida, no se hace nada para que eso suceda. La exigencia es alta y es por eso que las relaciones se terminan”, finaliza el Lic. Elías José.
[related_posts limit=”5″]