“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”, (Salmos 42:5)
Una persona conoce a otra aparentemente muy buena. Se ponen de novios, después viene el compromiso y enseguida ya está soñando cómo será su casamiento. Sin embargo, sin ninguna explicación o fundamento, esa persona desiste de todo antes, o incluso después del casamiento. Con eso su alma queda abatida…
Otro momento difícil es cuando se descubre la traición por parte de la persona amada. “¿Cuál es el motivo para que haya actuado así? Siempre fue una buena compañera, sinceramente yo no merecía esto.” Y su alma queda abatida…
Otro caso común que hace que una persona esté así es cuando está entre otras y alguien comienza a preguntarle: “¿Cuándo te vas a casar? ¿Cómo que no tenés a nadie hasta hoy? Cuidado, ¡se te está pasando la hora!”
A la persona incrédula le es duro oír eso y no tener una respuesta, es en ese momento que su alma queda abatida…
El significado de abatido es: desanimado, debilitado, deprimido.
Observe cuál es el consejo del Autor del Amor (Dios) para usted que está así: “Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía…”.
Él conoce su dolor, sabe cómo está su alma y por ese motivo le trajo aquí.
Esté seguro de que usted aún va a alabar a Dios con su victoria y todos los que se burlaron de usted y dudaron de su felicidad tendrán que reconocer que su lucha, búsqueda y perseverancia valieron la pena. En caso de que usted esté bien en el amor y solo esté aprendiendo e invirtiendo en el éxito y protección de su relación, su alma está guardada por Él.
Lo esperamos en la Terapia del Amor, este jueves a las 16 o a las 20 en Av. Corrientes 4070, Almagro.
“Vencimos lo que nos impedía ser felices”
Analía Riemersman y Sergio Gutiérrez se casaron con el objetivo de formar una familia y ser felices pero a medida que pasaba el tiempo, comenzaron a aparecer los problemas. “Yo era muy celosa, cuando el hacía horas extra en el trabajo le revisaba el bolso, la ropa, pensaba que estaba con otra”, reconoce ella. “Ella se enojaba, me pellizcaba y me hacía escenas de celos. No podía estar tranquilo”, recuerda él.
Las agresiones verbales dieron lugar a las agresiones físicas y la situación económica empeoraba a pesar de que ambos trabajaban.
Llegaron a depender de sus padres para darle de comer a sus hijos. Ella entró en un pozo depresivo, tenía mucha angustia, solo quería desaparecer porque creía que la vida no tenía sentido. Por ese motivo llegó a intentar el suicidio cortándose las venas.
Al acercarse a la Universal primero cambió su interior, siguió participando de las reuniones y venció los celos, comenzaron a dialogar y a disfrutar del tiempo que pasaban juntos.
Además, económicamente fueron saliendo adelante. “Hoy somos un matrimonio feliz, nos amamos mucho, nuestra vida dio un giro de 180 grados”, finaliza él.
[fotos foto=”El Universal”]
[related_posts limit=”7″]