Cuando una decide ser madre inicia largo viaje, una travesía llena de buenos y grandes momentos, inolvidables vivencias que nos hacen crecer día a día. Convertirse en madre es una gran alegría ciertamente, pero también hay momentos duros. Hay días en los que nos asaltan las dudas y las preocupaciones.
La época en que vivimos requiere mujeres que posean cualidades destacadas, que no se acobarden ante las circunstancias. Dios nos promete toda la ayuda necesaria a fin de poner nuestro hogar y nuestra familia a salvo. Hoy debemos preparar familias para el cielo, y ese es el más grande de los desafíos. Sin embargo, también debemos asumir la responsabilidad de criar familias sanas, en medio de una sociedad enferma y decadente.
No descuide el tiempo de cuidar a su familia, sea ejemplo para ellos pero, con su presencia. Recuerde que el tiempo que pierda, nunca lo podrá recuperar.
Y, en caso de que se encuentre acorralada por un sinfín de problemas y aflicciones, y de que esté buscando una salida sin encontrarla, recuerde que Dios está a su lado. Confíe en él, suplíquele que le dé fortaleza con todo el poder de su fe y de su corazón y finalmente, espere en Él. Dios actuará a su favor y será una mujer no solamente delicada como el pétalo de una flor, sino también fuerte y de decisiones firmes en el nombre del Señor.
Así son las madres en oración.
La invitamos a unirse a nosotras. La esperamos en nuestra próxima reunión mensual este domingo 23 de febrero a las 15 hs. en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Testimonio de Karina
Su hijo tenía un soplo en el corazón, se estaba complicando, ella comenzó a orar, lo entregó en las manos de Dios y confió. Volvió al médico, hizo todos los estudios, y no encontraron más ese soplo, quedó sano.
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