El trabajo de los Ángeles de la Calle va más allá de servir un plato de comida, ofrecer un corte de pelo o entregar un kit de artículos de higiene personal, le hacen saber a las personas en situación de calle que hay una salida para sus problemas.
Todas las semanas, diferentes grupos de voluntarios de todo el país trabajan para que más personas puedan conocer a Jesús. En Concordia, Entre Ríos; en San Martín y Zárate, Buenos Aires, y en Almagro, se realizaron reuniones para las personas en situación de calle. Los pastores y voluntarios oraron por la liberación, la cura y para reprender la miseria. También se les explicó que aunque la sociedad los excluya, Dios les da la oportunidad de incluirlos en Sus planes. Luego se les sirvió la cena y se les entregó ropa y un kit de higiene personal.
De mendiga a empresaria Betty sabe muy bien lo que es estar en la calle, ella, su pequeña hija de dos años y su esposo durante un año vivieron en esa situación hasta que en la Universal le enseñaron a cambiar su vida. Hoy tiene su departamento se convirtió en una profesional, junto con su esposo tienen una fábrica de indumentaria y no les falta nada. “Mi vida era un desastre, yo viví en la calle, pasaba frío y hambre, tenía que robar para comer y estaba en los vicios. Tomaba para soportar estar en la calle, para lo único que pedía dinero era para comprar vino y emborracharme. Mi esposo también era alcohólico. Era un sufrimiento enorme, buscaba en la basura para comer y darle a mi hija, tenía miedo de que algo nos pase a las dos.
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