¿Usted conoce la mente del hombre? ¿Y la de la mujer? ¿Ya se imaginó lo que uno piensa al respecto del otro? ¿Y en relación al sexo? Esta última pregunta no siempre es discutida o analizada como debería, ya que no siempre las personas se sienten con ganas para hablar al respecto de eso.
Muchas veces, algunas prefieren sufrir a abrir el corazón, inclusive por vergüenza, tabú o hasta por no tener con quién desahogarse. Pero una cosa es cierta: existe mucha gente equivocándose en esta área específica por falta de conocimiento.
Cuando hablamos de sexo en la vida de a dos, nos estamos refiriendo a la vida conyugal, al matrimonio. Lo que ocurre, sin embargo, es que en las últimas décadas hemos visto un torrente de mujeres y hombres frustrados, y no simplemente a causa de la falta de sexo, al contrario, sino por hacer elecciones incorrectas o simplemente porque cedieron cuando deberían rehusarse.
Los solteros se relacionan simplemente por puro placer; los casados, muchas veces, practican el sexo de forma mecánica, sin comprender, de hecho, lo que el acto representa en su totalidad.
“En realidad, el sexo va mucho más allá que dos cuerpos relacionándose”, explicaba Renato Cardoso en una de las clases que hace por todo el mundo junto a su esposa, Cristiane Cardoso. “Es mucho mayor y sublime de lo que la mayoría de las personas entiende.”
Todo sería diferente si la relación sexual fuese practicada tal como Dios lo designó, o sea, como una forma de consumar la alianza entre dos personas que se aman, que se guardan hasta el matrimonio. Pero, lamentablemente, incluso entre los casados existen muchas equivocaciones en este tópico en especial.
Mentes opuestas
La mente del hombre funciona diferente a la mente de la mujer, y cuando eso es ignorado por ambos, siempre surgen muchos problemas. “Los hombres lidian con las mujeres como si ellas fuesen ellos. Las mujeres hablan con los maridos como si ellos fuesen mujeres”, resalta Renato.
Y una de las cosas que normalmente la mujer no entiende, es el hecho de que el hombre sea muy visual. Fácilmente se maravilla por lo que ve, dando la impresión de que “solo piensa en eso”. El error de muchos maridos, sin embargo, es pensar que la mujer ve al sexo como ellos, como un placer físico.
“Estamos programados por nuestra naturaleza humana a tener ciertas necesidades cubiertas… Para que un matrimonio funcione, hay ciertas cosas mínimas que deben existir; la mujer puede no ser la más perfecta dama de un cuento de hadas, pero ambos tienen que ofrecerse, el uno al otro, por lo menos lo esencial”, resalta Renato, en uno de los pasajes del libro “Matrimonio Blindado“, de su autoría y de su esposa.
¿Y qué decir de la vida íntima, del acto conyugal? Según explica en el libro, “la vida sexual saludable es una de las principales herramientas de blindaje del matrimonio. Y nunca está de más enfatizar eso. La manera más rápida de descubrir la salud de la relación de pareja es intentar saber cómo les va en la cama; el sexo en el matrimonio es como un pegamento que mantiene al matrimonio unido. El sexo no solo habla como también cura muchos males”.
Fuera del matrimonio
¿Y cuando el sexo es practicado fuera del matrimonio? La cosa cambia de figura. Normalmente, el resultado es desastroso y decepcionante, porque si la persona decide ceder a una relación sin compromiso, probablemente se decepcionará, tarde o temprano. Exactamente como sucedió en la vida de Gisele (nombre cambiado a pedido de la entrevistada). Acompañe su relato:
“Yo viví eso muchas veces en el pasado. Normalmente, me maravillaba por el muchacho, apenas comenzábamos a estar de novios y enseguida nos relacionábamos sexualmente. Para mí, en aquella ocasión, era natural, una cuestión de tiempo, bailaba al son de la música. También pensaba que si cedía a lo que todo el mundo hacía, la relación tendría sentido y gracia, aunque mi único objetivo fuese ser feliz en la vida amorosa. Me acuerdo que el comentario entre mis amigas era justamente ese: “¿Ya sucedió?” Hoy me avergüenzo de esas actitudes, porque solo me decepcioné. Apenas todo sucedía, esperaba un compromiso del muchacho, un retorno, pero casi no me llamaba. O, si me encontraba entre mis amigas, en una fiesta, por ejemplo, casi ni me miraba. Era triste y vergonzoso, porque, queriendo o no, uno queda marcado entre los demás.”
Si tanto los hombres como las mujeres entendieran las necesidades y la mente de cada uno, y actuaran como “manda el libro”, ciertamente, todo sería diferente.
Si usted ha sufrido en esta área en especial y reconoce que necesita ayuda, no pierda tiempo. En la Universal hay un encuentro dirigido a la vida amorosa, todos los jueves, especialmente a las 20 horas, llamado la Terapia del Amor. Participe en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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