¿Cuántas mentiras un hombre es capaz de contar? ¿y por cuántas pasa impune?
Recientemente, la Universidad de Ohio publicó en la revista “Sex Roles” un estudio realizado con 293 estudiantes que tienen entre 18 y 25 años de edad. La investigación habla sobre el uso de mentiras en la construcción de una imagen que sería aceptable por la mayoría.
Según los resultados, los hombres suelen aumentar el número de compañeras sexuales que ya tuvieron. En cambio, las mujeres suelen disminuir ese número. Para la psicóloga Terri Fisher, responsable por el estudio, esas mentiras son dichas para encuadrarse en lo que los entrevistados creen que la sociedad espera de ellos y, así, obtener más chances de conquistar a un compañero ideal.
Sin embargo, ¿cómo sería el futuro de esa relación? Si la semilla es arrojada en tierra espinosa, son pocas las chances de que brote. Y, aunque de allí nazca una bella flor, inmediatamente se sofocará en el medio de las espinas. Así también es la relación basada en la mentira, ya sea entre novios, amigos o compañeros de trabajo.
Plantando la semilla
De vez en cuando nos encontramos con padres que les garantizan a sus hijos “si no comes toda la comida, el cuco te va a agarrar”, o les piden “dile que no estoy, que llame otro día”. ¿Cuál es el ejemplo que estos padres les están pasando a sus hijos?
La mentira “que no le hace mal a nadie”, conocida como “mentira piadosa” es constantemente usada en nuestra sociedad, inclusive dentro de casa. En esos momentos, poco se acuerdan de que los hijos son espejos de sus padres, pero que no tienen el nivel de comprensión que un adulto posee. Para ellos, una mentira es una mentira, “mentira piadosa” o no.
Siendo así, inmediatamente estarán diciendo pequeñas mentiras. “Fue él quien comenzó la pelea”, “Hoy aún no jugué a los videojuegos”, “ya hice toda la tarea” y cosas similares. Poco a poco, el hábito crece y se convierte en rutina.
¿Cuánto tiempo llevará hasta que las mentiras “que no perjudican a nadie” perjudiquen a alguien?
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6
Tierra pedregosa
Se volvió común que nos preparemos para enfrentar mentiras. Pensamos que cualquiera, a cualquier instante, puede actuar de forma incorrecta y, en ese momento, es necesario estar listo para desenmascarar una mentira.
Pero, ¿de dónde viene esa autodefensa?
No es raro que nos deparemos con situaciones en donde las personas mienten en beneficio propio. Se miente para conseguir un ascenso en la empresa en la que trabaja, despistar al novio después de cometer un error, etc.
Estas historias inventadas pueden ser simples o complejas, pero, por más bien elaboradas que sean, todas tienen la misma base: el engaño.
Hay solo una tierra fuerte a punto de darle a la semilla los nutrientes que necesita para crecer fuerte y saludable, y ese terreno es la verdad.
La mentira dicha es como la flor que nace entre las piedras: no tiene raíz, no posee nutrientes o algo que la mantenga. Inmediatamente, la luz del sol la quemará y morirá, entristeciendo todos los ojos que alguna vez estuvieron sobre ella.
El sol está presente en todos los lugares y, aunque tarde, siempre aparece. Su luz es poderosa y su fuerza inestimable. Ninguna flor crecida sin estirpe sobrevivirá.
Tierra fértil
Cuando alguien miente es porque no está satisfecho con la realidad. Si un error es cometido y la culpa es puesta en otro, es porque quedó claro que eso es perjudicial. Si una historia es inventada para súper valorizar un hecho, es porque algo en realidad está faltando.
¿Qué es lo que falta en la vida de un mentiroso?
“Jesús le dijo: Yo soy… la Verdad, y la Vida.” Juan 14:6
Casi siempre la mentira es una forma de crear una nueva realidad, que se completa según el deseo. Sin embargo, se olvida de que ya existe una realidad plena y portadora de la felicidad: la vida en Cristo.
“Los labios mentirosos son abominación al Señor; pero los que hacen verdad son Su contentamiento.” Proverbios 12:22
Pero “si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9
Y usted, ¿alguna vez dejó de ser realmente verdadero?
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