En el 2010, en el barrio de Brás, zona este de São Paulo, la construcción de la réplica del Templo de Salomón comenzó a ganar forma. En ese momento, la obra dejó de ser solo un sueño del líder de la Universal, el obispo Edir Macedo, y comenzó a convertirse en realidad. Todos los detalles fueron planeados, todos los esfuerzos fueron dedicados para que el espacio quedara lo más parecido posible al templo edificado hace casi 2 mil años. El objetivo para levantar algo tan grandioso es el mismo de aquel tiempo remoto: glorificar a Dios.
Desde que comenzó la construcción, el Templo de Salomón está movilizando a los miembros de la Universal en todo Brasil. La movilización es tanta que sobrepasó las fronteras, atravesó continentes y despertó la atención de extranjeros como el empresario noruego Erik Voldronning, también conocido en su país como Enoch Enough, de 30 años, que vio una imagen del templo en Internet y oró a Dios para que tuviera la oportunidad de conocerlo un día.
Meses después, tuvo la oportunidad de conocer Brasil y descubrió, de casualidad, que la imagen vista en Internet era real. “Vine a São Paulo, estaba andando por la calle y de casualidad entré en una iglesia. Allí, una mujer me explicó que era la Universal, me compartió su testimonio y me mostró un libro – era el ‘Nada que perder’. En las páginas, vi el Templo de Salomón. Me pregunté si esa era la misma reconstrucción del templo. Recordé la oración que había hecho. Dios me había respondido.”
Erik se quedó sorprendido, pero dice que no cree en las coincidencias. Para él, el poder de Dios fue el gran responsable por la oportunidad de ver de cerca algo que, hasta entonces, solo conocía por Internet. “Quiero volver con mi esposa para conocer el templo por dentro. Pretendo decirles a mis amigos en Noruega. Decirles lo lindo que es y cómo Dios respondió mi oración.”
El noruego contó que esa fue la mejor experiencia que tuvo en Brasil. “Salomón construyó el primer templo para que todas las oraciones hechas allí fueran oídas. Y este es el mismo motivo por el cual este templo está siendo construido. Salvar vidas y glorificar a Dios. Creo que fue Él que puso el deseo en el obispo [Edir Macedo] para construirlo”, dijo.
El esfuerzo dedicado durante toda la construcción lo vuelve aún más especial. El proyecto fue financiado por las donaciones y las ofrendas de los integrantes de la Universal y las personas que apoyan el trabajo que realiza. Los miembros de otros países también están empeñados en ayudar a convertirlo en una realidad.
Jenny Patricia tiene 34 años y es secretaria en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Ella concurre a la catedral en el barrio de Fulton, donde el pueblo se unió para ayudar. “He contribuido desde el comienzo, ayudando con la venta de meriendas, dulces y festivales de comida. Logramos hacer que grandes empresas conocidas donaran meriendas y bebidas para que realizáramos los bazares.” También ya se prepara para conocer el templo personalmente, que tiene prevista su inauguración para julio de este año.
Del otro lado del mundo no es diferente. La joven Itakura Masayo vive en la ciudad de Hamamatsu, Japón. Además de contribuir con la obra, está organizando un grupo para visitar el lugar. “Estoy preparando la documentación para ir a Brasil. Cuando la obra esté concluida, con seguridad, muchas personas de diversas nacionalidades irán allí. Muchos japoneses irán a visitar el templo en Brasil. De esta forma, conocerán las cosas de Dios y, cuando vuelvan, concurrirán a la iglesia. Estoy muy feliz con el templo, pues es algo maravilloso para mí.”
Personas de varias regiones de Brasil también están a la expectativa de conocer el lugar. La pareja Antônio da Silva Rodrigues , de 23 años, y Fernanda Silva dos Santos, de 21, que vive en Boa Vista, Roraima, hizo de todo para ayudar a lo largo de los cuatro años de construcción de la obra. “Vendí los vestidos que más me gustaban para realizar mi donación”, cuenta Fernanda. Antônio llegó a recaudar ropa para hacer un bazar. “Estamos esperando con mucha alegría. La obra física ya es algo glorioso, pero el impacto espiritual es mucho mayor. Encenderá la fe de todos, independientemente de una denominación o religión”, reflexiona. Ellos también ya reservaron sus pasajes y están preparándose para visitar el templo en su inauguración.
El economista Albino Lutiani da Costa Brito, de 35 años, es habitante de la ciudad de Macapá, en Amapá. A pesar de que la ciudad esté lejos de São Paulo, no midió esfuerzos. “No veo la hora de conocerlo personalmente, haré lo posible para ir con toda mi familia. Es una honra saber que en medio de todo por lo que el mundo está preocupado [Copa del Mundo], una réplica exacta del Templo de Salomón está siendo hecha. Mi familia y yo estamos ayudando desde el comienzo.”
Prepárese usted también, pues conocer este lugar especial podrá marcar su vida para siempre.
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