De acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuatro de cada diez habitantes del planeta sufre por la escasez de agua. El desarrollo urbanístico y el aumento del uso irracional del agua hace que la situación empeore.
Una persona necesita un mínimo de 50 litros diarios de agua para el aseo personal, para beber y cocinar, entre otras cuestiones básicas. Sin embargo, un gran porcentaje de la población carece de acceso a un suministro adecuado.
En Argentina, se calcula que 9 millones de habitantes no tienen acceso al servicio de agua potable, mientras que otros 21 millones carecen de cloacas. De las 23 provincias, solamente 10 brindan cobertura de agua de red a más del 90% de su población y solamente dos cubren ese porcentaje en lo que respecta a la red de desagües de aguas residuales.
Porteños derrochadores
De acuerdo con la empresa Agua y Saneamientos Argentinos S.A. (AySA), cada habitante de la Ciudad de Buenos Aires recibe casi el triple de agua que un ciudadano europeo y gasta más de 370 litros por día. Como comparación, en Europa el consumo promedio es de 150 litros por día.
En promedio, AySA entrega por día 619 litros de agua por habitante, cifra que triplica el consumo medio mundial. Y mientras se siga edificando en la ciudad, más consumo habrá.
Aunque el 70% del planeta está cubierto de agua, solamente el 2,53% del total es dulce. De ese pequeño porcentaje, dos terceras partes está inmovilizada en glaciares y apenas el 1% es de fácil acceso para el consumo humano.
En 1950, el agua potable disponible en el planeta era de 11 mil m3 por habitante; para 2009, esa cifra había caído a 4800 m3 per cápita, muy desigualmente repartidos; y en 2025, descenderá a 2500, dejando a más de 1,8 millones de personas viviendo en regiones desabastecidas. La ONU estima que en 2050, la demanda de agua aumentaría a 64 mil millones de m3 al año.
Desde el derroche individual, los datos proporcionados por el sindicato de trabajadores de edificios (SUTERH) y AySA indican que una manguera de agua de ½ pulgada abierta durante 30 minutos desperdicia 570 litros.
El segundo puesto de mayor consumo en un hogar es el cuarto de baño: una ducha de 10 minutos insume 200 litros de agua. Pulsar el botón del depósito del inodoro equivale a perder 10 litros en cada acción. Y un inodoro cuyo flotante no funciona derrocha 1200 litros de agua por día, el equivalente al consumo básico mínimo estipulado por la ONU para el abastecimiento de 24 personas. Una canilla goteando desperdicia 46 litros de agua al día.
Otros hábitos de consumo hogareño que generan grandes pérdidas son el lavado de manos, que representa cada vez un litro y medio de agua, la carga de lavarropas, que demanda unos 100 litros, y el lavado de un automóvil, que consume unos 360 litros.
¿Va a esperar a que se acabe para empezar a ahorrar?
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