No importa cuán mala, profunda, o antigua sea la raíz que está en su vida, puede ser arrancada. Heridas de la infancia. Malos recuerdos. Mal genio. Costumbres de crianza. Pecados enraizados. Tradiciones de la religión. Lo que sea. Todo puede ser arrancado y su vida puede recomenzar de cero.
La única raíz que no puede ser arrancada es la que fue plantada por el propio Dios:
Toda planta que no plantó Mi Padre celestial será desarraigada. Mateo 15:1
Claro, Él no planta espinas ni abrojos. Solo planta lo que es bueno. Ser plantado por el Padre significa ser generado por Él, ser transformado en otra persona. Aquel que es plantado por Él, es fijo e inalterable. Nada ni nadie puede quebrantarlo.
Por eso, vengan tempestades, truenos, relámpagos, huracanes, persecuciones, pedradas, críticas, envidias, baje el santo o suba Lucifer. Buena suerte en su intento.
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