Norma Vera enfrentó muchos obstáculos para salir adelante, sin embargo, desde que conoció el camino de la fe su vida nunca más fue la misma. Ella se encontraba sumergida en un estado depresivo porque tenía insomnio, veía sombras, estaba muy nerviosa y pensaba en morir. “Vivía con dolor de cabeza y sentía dolores también en todo el cuerpo. Me invadía la angustia y lloraba todo el tiempo. Era tanta la tristeza que no cuidaba a mis hijos, solo estaba tirada en la cama”, recuerda.
Las peleas con su esposo porque fumaba y tomaba hacían que el clima en su casa fuera todavía peor. En ese tiempo perdieron negocios al punto de no tener dinero para poder darles de comer a los chicos. “Tenía que mandar a mis hijos a los comedores de la escuela para que coman. Pedía prestado a todos, sacaba fiado del almacén, la situación era humillante”.
En medio de tanto sufrimiento escuchó la programación de radio de la Universal y decidió acercarse para buscar una solución. Al participar de las reuniones fue libre de todo lo que la afectaba, el tormento espiritual y los dolores pasaron a ser parte del pasado y su esposo fue libre de los vicios. Perseveró en las reuniones usando su fe en propósitos y en la Hoguera Santa, entonces, obtuvo lo que se había propuesto, una transformación completa de su vida económica.
“Logramos establecernos económicamente, mi esposo tiene mucho trabajo y yo tengo mi propio negocio, una fábrica en la cual trabajan diez personas. Dios nos dio las condiciones para comprar nuestra casa, también pudimos invertir comprando propiedades en el exterior y compramos un auto y una camioneta”, cuenta sonriendo. Desde que Norma descubrió que el secreto del éxito radica en sacrificar para Dios y confiar en la respuesta, nada la detiene.
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