En agosto de 2010 comenzó el proyecto más ambicioso de toda la historia de la Iglesia Universal del Reino de Dios: la construcción, en Brasil, de la réplica del Templo de Salomón.
Para que este sueño pudiera hacerse realidad hubo hombres y máquinas trabajando las 24 horas, durante 1460 días ininterrumpidos. Ni el mal tiempo ni los feriados detuvieron el avance de la obra, edificada en el terreno del antiguo estacionamiento de la catedral de Bras.
En una entrevista que está publicada en el sitio oficial del Templo de Salomón (www.otemplodesalomao.com), el obispo Macedo comparte su visión sobre el Templo de Salomón: “La idea surgió cuando estábamos viajando desde Jerusalén hasta el Monte Sinaí con los pedidos del pueblo de todo el mundo. El Monte Sinaí representa al Templo de Salomón para los hijos de Israel.
Podíamos construir la réplica del Templo en San Pablo para que el pueblo pueda tener acceso a un lugar histórico y extremadamente espiritual, en donde Dios se manifestó físicamente a los hijos de Israel en aquel momento.
¿Por qué construirlo en San Pablo? Porque vivimos en un país laico, donde hay libertad de culto y tenemos toda la infraestructura apropiada y las condiciones para hacerlo.
El significado de la construcción de la réplica del Templo de Salomón es muy profundo, porque traerá la fe judaica y avivará la fe evangélica. Tendremos en el Templo la unión del cristianismo con el judaísmo, porque todos estarán vueltos hacia los tiempos bíblicos, en los que la fe de Abraham era muy acentuada.
Los recursos para la construcción del Templo de Salomón vinieron del pueblo de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Todos fueron bienvenidos a colaborar incluso he recibido cartas, correos electrónicos de judíos que quisieron poner sus nombres en este lugar y ayudar con sus ofrendas. Es un privilegio colaborar con la construcción del Templo de Salomón. En la inauguración, Dios dijo: ‘Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar…’, (2 Crónicas 7:15).
El Templo será un punto de encuentro entre las personas y Dios. Eso atraerá, obviamente, millones y millones de personas de todo el mundo”.
No importa el país, el continente y muchos menos el nivel cultural y social, en la Universal el espacio es de todos.
[related_posts limit=”9″]