Manifestaciones contra los cambios en la ley electoral dejan varios heridos. La onda de violencia en el país también llegó a las iglesias cristianas
El 27 de junio pasado, miles de manifestantes senegaleses incendiaron edificios del gobierno e iglesias cristianas, incluyendo la sede de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) en la capital del país, Dakar.
Las protestas comenzaron después de que el presidente, Abdoulaye Wade, estipulara varias modificaciones en la ley electoral de Senegal, con el objetivo de aumentar la posibilidad de candidatura a un tercer mandato en las próximas elecciones de febrero de 2012.
En la ley actual, se necesitan el 50% de los votos para que el candidato venza en la primera ronda, con el cambio, el vencedor necesitará tan solo del 25%. Esa reforma, entre otras, según los opositores del gobierno, sería una estrategia del presidente para librarse de una segunda ronda, y al mismo tiempo, hacer de su hijo el sucesor.
Karim Wade, hijo del presidente, es además el actual ministro de Cooperación Internacional, Transporte Aéreo e Infraestructura. Como si no fuera suficiente, debido a los ataques, la región está pasando por varios cortes de energía, perjudicando la economía y la vida de los habitantes locales.
Todo esto provocó agitación entre los manifestantes, que salieron a las calles atentando contra oficinas del gobierno e iglesias cristianas. Más de 100 personas resultaron heridas en la protesta que se prolongó durante varios días.
La última medida del gobierno de Senegal fue desplegar el ejército en zonas claves de esta ciudad para frenar los sucesivos disturbios. Entre 400 y 500 policías antimotines y gendarmes estarían presentes en las calles para “hacer frente a los manifestantes”, dijo el portavoz gubernamental, Serigne Mbacke Ndiaye.
Ataque a la IURD
El día 26 de junio una iglesia cristiana fue atacada dejando un muerto y varios heridos. La esposa de un pastor y su hijo están desaparecidos. Al siguiente día, cerca de mil manifestantes atacaron la sede de la IURD, alrededor de las 21.30hs, robando lo que encontraban y quemando todo lo que no se podían llevar. Fueron destruidos inclusive los documentos de la iglesia.
El mismo día, hubo otros ataques a otros templos de la Iglesia Universal, dejando dos de ellas quemadas y saqueadas.
Terror
“Nosotros nos comunicamos con la policía, pero dicen que no tienen hombres suficientes. Solamente el día 27, alrededor de las 21hs., apareció el ejército con autos de combates para proteger la iglesia, después que terminaron de quemar lo que restaba.
“No sé, en este momento, cuál es el exacto estado de la iglesia, pero estamos amenazados de muerte. No podemos aparecer por allá. Por el momento, estamos sin protección de las autoridades; sí, claro, con la protección de Dios. Es una guerra contra el infierno. Esta es mi profesión”, dijo el obispo Luis Valente, responsable de los trabajos evangelísticos en el país.