A pesar de tantas campañas y avisos sobres los males que causan las drogas, muchos aun insisten en probarla, y la mayoría no escapa del vicio.
Y lo peor es que las novedades en el mercado de los estupefacientes surgen con la misma velocidad que avanza la tecnología. La marihuana, la cocaína y el crack ya se están quedando atrás, dándoles lugar a nuevas drogas. Una de las más nocivas de ellas es la nyaope.
La mezcla de heroína, marihuana y veneno para ratas – eso mismo -, que surgió en Sudáfrica, es extremadamente adictiva y destructiva.
Un reciente estudio realizado por la revista británica The Lancet señala que alrededor de 200 millones de personas por año en el mundo consumen algún tipo de sustancia prohibida. La investigación destaca que existe un consumidor de drogas cada 20 personas con edad entre 15 y 64 años.
Muchos de estos dependientes afirman que quieren dejar las drogas, pero, lamentablemente, se sienten aprisionados y continúan siguiendo por un camino en el cual saben que no hay regreso.
Realmente no hay cómo volver atrás, pero seguir por una nueva dirección puede provocar un cambio, interior y exterior, deseado.
En ese momento, la confianza y el compañerismo del prójimo puede mostrar cuán grande es el amor de Dios y también cuánto desea Él que las cadenas que han aprisionado a muchos a los vicios sean destruidas.
¿Usted está listo para extender las manos a quien está preso de las drogas?
Pare y reflexione: ¿Cuál ha sido su papel delante de Dios y delante de los hombres?
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