Algunas personas son conocidas por los problemas que tienen o por los infortunios que les sucedieron. Los golpes que la vida nos da son inevitables. Hay cosas que no podemos controlar, e intentar encontrar una razón o alguien a quien culpar por nuestras miserias es solo una pérdida de tiempo.
Una mejor alternativa es decidir no ser la víctima.
Lamentablemente, la mayoría de las personas que sufren duros golpes en la vida terminan asumiendo una postura de por-qué-yo / pobre-de-mí. Se sienten con derecho a que le tengan pena y a un trato especial de todos a su alrededor, solo porque fueron víctimas de cosas malas. No me malinterprete. No estoy diciendo que no debemos mostrar compasión o ser especialmente amables con los que sufren. Lo que digo es que si las personas usan su sufrimiento como una muleta (lo que es tan fácil hacer), entonces estos sentimientos se volverán una trampa para ellas.
Cuando usted decide no ser una víctima, toma su vida y su destino con sus propias manos. Determina utilizar todos los recursos posibles con el fin de luchar en vez de lamentarse.
Dios es uno de esos recursos. Él dijo:
“Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”. Isaías 57:15
En el caso de que no lo haya notado, Él está hablando de usted. Él promete estar en compañía de personas que están caídas y sin fuerzas. Pero Él no viene para llorar con ellas. Al contrario, está allí para levantarlas y reanimarlas a seguir adelante. Eso es una promesa.
Y lo que usted debe hacer cuando tiene una promesa de Dios para su situación, es reclamarle a Él su cumplimiento. Reconozca su posición privilegiada para recibir esa promesa. No desperdicie ese derecho.
No sea una víctima. Use todos los recursos para reaccionar. No se olvide de que Dios es su mayor recurso – pero usted tiene que pedirle ayuda, pues esta no es automática.
Sus mayores tragedias pueden convertirse en sus mayores oportunidades si usted se rehúsa a ser vencido por ellas.
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