Yo no leo un solo periódico, ni siquiera una vez al mes, y me siento infinitamente más feliz por ello. – Thomas Jefferson
Thomas Jefferson, uno de los fundadores y el tercer presidente de Estados Unidos, sabía el poder de influencia que las palabras tienen sobre nosotros. Por eso, cuando los periódicos solo le traían informaciones que lo deprimían, él sabía qué hacer.
Como seres inteligentes, podemos pensar. Cuando pensamos, estamos uniendo palabras, haciendo conexiones de significados en nuestra mente. Enseguida, las palabras que yo permito que entren a mi mente influencian lo que pienso. Y lo que pienso es lo que soy y lo que termino haciendo. Por eso, es inteligente vigilar lo que leo.
“Las palabras que Yo les he dicho son espíritu y vida”, dijo Jesús. “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Imagínese alimentándose de las palabras que son vida, fuerza y espíritu todos los días… ¿Se acuerda de los 40 Pensamientos de Jesús? ¿Qué tal 365?
El libro “Pan Nuestro Para 365 Días” del Obispo Macedo extrae de la Biblia el alimento espiritual para cada día del año. No es un sustituto de la Biblia. Lejos de eso. En realidad, quien lee el libro enseguida quiere buscar más en su fuente. Pero una de las cosas que este permite es una manera fácil y poderosa de alimentar sus pensamientos con las palabras de Dios en vez de perder tiempo con informaciones fútiles. Es un libro que le parecerá útil tener en la cabecera de su cama, en la guantera del auto, en el escritorio de la oficina – en cualquier lugar donde usted pueda separar dos o tres minutos de su día ajetreado y lleno de preocupaciones – y abrirlo en la página del día “19 de agosto”, “3 de septiembre”, “11 de noviembre”. Allí, usted tendrá una palabra que lo animará y lo sustentará ese día. Es un libro al que va a consultar durante varios años, siempre sacando algo nuevo para su situación.
Decirle no a las informaciones fútiles e inútiles, y sí a las palabras que lo levantan, es invertir en su crecimiento como persona. Invierta en usted. Invierta en su fe. Cuando más la necesite, esta estará lista y fuerte para atenderlo.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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