Norma Almirón se casó con Héctor con la ilusión de que serían felices, sin embargo, su sueño comenzó a desmoronarse con el paso del tiempo. Las expectativas de una vida maravillosa fueron disipándose y la realidad los golpeó inevitablemente.
El matrimonio estaba destruyéndose, estaban a punto de separarse. La relación había comenzado a deteriorarse a raíz de problemas en otras áreas de su vida.
Héctor se encontraba depresivo, durante quince años este trastorno lo había dominado volviéndolo una persona triste y angustiada. También tomaba medicación para dormir debido a una enfernedad que padecía, el mal de Chagas.
Norma también tenía afectada su salud. Por un accidente que había sufrido tenía dificultades para movilizarse. “Tenía los ligamentos y los meniscos rotos, para los médicos no había otra alternativa, tenía que convivir con el dolor a diario”, cuenta recordando esos días.
Estando en esa situación no veían una salida, estaban desesperanzados, hasta que surgió una oportunidad y la aprovecharon al máximo. Norma y Héctor se acercaron a la Universal para encontrar una solución definitiva al sufrimiento que estaban viviendo.
Participaron de las reuniones y de los propósitos con fe y determinación, así, obtuvieron las respuestas a sus oraciones. Ambos fueron sanados y el matrimonio fue restaurado por completo.
“Dios obró en todos los aspectos de nuestras vidas y ahora disfrutamos cada día juntos”, aseguran.
Ellos concurren a la Universal de Rivadavia 50, Córdoba
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