Lucas tiene 16 años, cursa el secundario en una escuela pública de San Juan, es buen alumno y primer abanderado. Pero lejos de encontrar satisfacciones, no quiere ir más a la escuela después de que un grupo de compañeros lo encerró en el aula y lo golpeó salvajemente, provocándole un corte en la cabeza y una fisura de cráneo, incluso puede perder un ojo por las agresiones.
El joven va a la Escuela Procesa Sarmiento de Lenoir, en el municipio de 9 de Julio, ubicado a 23 kilómetros de la capital de San Juan. Según el relato de la familia, Lucas estaba solo en el aula esperando a una profesora cuando ingresaron los agresores. “Mi hijo me contó que estaba en el aula esperando que llegara la maestra y sintió un golpe en el costado de la cabeza que lo desvaneció. Ahí trabaron la puerta del curso y empezaron a pegarle entre los cuatro con una piedra y una manopla. Por suerte había dos compañeras que se metieron y lo rescataron” contó el padre.
Sin embargo, esta no era la primera agresión que sufría Lucas. Su familia dijo que el primer hecho de violencia se dio en su barrio, hecho por el que hicieron la denuncia policial. “Uno de estos chicos es vecino nuestro y hace como seis meses, con otros más, atacaron a mi hijo y a un sobrino cuando iban a hacer compras. Le hicieron cinco puntos en la boca a Lucas y fuimos con un abogado a poner la denuncia, pero nadie hizo nada” se quejó el padre, José Luis Aballay.
En declaraciones al diario Clarín, la madre insistió con el daño futuro que tendrá su hijo: “Voy a tener que ponerle un psicólogo porque no quiere ir a la escuela”. El joven está muy mal anímicamente y no quiere encontrarse con sus agresores, por eso, sus padres analizan de qué forma va a completar el último año del ciclo lectivo.
Sin embargo, la familia del agresor denunció al joven agredido porque supuestamente fue él quien comenzó la pelea. La denuncia sostiene que la víctima acosaba constantemente al agresor y se burlaba por una malformación que este tiene en el brazo. La versión sostiene que el día del hecho el agresor en realidad estaba defendiéndose de un ataque y un grupo de compañeros se sumaron a defenderlo.
La madre de la víctima opina lo contrario: “Mi hijo no se burlaba de nadie. Él no tiene problemas, le va bien en la escuela y está en el Cuerpo de Bandera. A lo mejor le tienen envidia o lo agarraron de punto. Sinceramente no sé qué puede pasar por la mente del chico que lo agredió y de sus compañeros para darle semejante golpiza”, expresó Emilia de Aballay.
Intervención federal
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, dijo que de “ninguna manera puede haber silencio pedagógico” ante situaciones de violencia y destacó que “es responsabilidad de los adultos garantizar que la escuela sea un lugar para construir conductas éticas”. “Nos consternan y preocupan todos los episodios de agresión y violencia, física o psíquica, que puedan darse en el ámbito escolar. Insistimos en que ante esas situaciones la escuela tiene mucho para hacer y decir, de ninguna manera puede haber silencio pedagógico. Pero, además, trabajamos para que se actúe antes de que los hechos ocurran” agregó Sileoni.
Un fenómeno en crecimiento
Según datos de la ONG Bullying sin Fronteras, en julio de este año la cantidad de denuncias por casos de bullying ascendió a 140, mientras que el año pasado eran 96, lo que marca un incremento del 45 por ciento. Más de la mitad de los casos se dan en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano bonaerense, Rosario y las provincias de Mendoza, Córdoba, Formosa y Misiones.
En todo 2013 se registraron 822 casos denunciados, mientras que en lo que va de 2014 ya totalizan 722 las denuncias contabilizadas, siendo el año más catastrófico en lo que a bullying se refiere. “Por primera vez en la historia escolar argentina debemos lamentar el homicidio de una víctima de bullying; Nayra Cofreces de 17 años quien luego de un continuo hostigamiento por parte de dos de sus compañeras, aparentemente por su belleza física y su sofisticada forma de actuar, fue cruelmente asesinada frente a la escuela secundaria nocturna a la que concurría en Junín. No había registros de homicidios de víctimas de bullying a manos de sus acosadores antes del caso de Nayra. Pero se recuerda el tristemente célebre caso de ‘Junior’ en la Ciudad de Carmen de Patagones, donde fue ‘la víctima’ de bullying quién decidió vengarse y terminó matando a tres compañeros”, afirmó el fundador de Bullying Sin Fronteras, el Dr. Javier Miglino, (abogado, T 56, F 466, CPACF).
Otra modalidad que también va en crecimiento es el “cyberbullying”, que es el acoso escolar que se produce en las redes sociales como Facebook o Twitter, donde los chicos acosados reciben insultos, difamaciones y amenazas.
La Universal cuenta con un grupo especialmente dedicado a los preadolescentes, llamado GF-teen. En él, los jóvenes de entre 11 y 14 años comparten experiencias y practican actividades que los desarrollan emocionalmente. Así, fortalecen su autoestima, refinan su carácter, aprenden a respetar al prójimo, a ser honestos y a respetar los valores familiares.
La misión del GF-teen es clara: a través de las enseñanzas bíblicas, busca proteger a los niños contra los males que el mundo les ofrece, como abusos, violencia y mal comportamiento, y hacerlos fuertes para ingresar a la adultez seguros y confiados.
El pasado sábado 23, los integrantes del grupo salieron a recorrer las calles de Buenos Aires para concientizar a la población sobre el problema del bullying. Salieron del Templo de la Fe, en Almagro, y munidos de folletos caminaron hasta Plaza Miserere, en el barrio de Once. Juntos, invitaron a los interesados a sumarse a esta campaña dejando una huella en la bandera gigante que desplegaron en el lugar.
Finalmente, el pastor que los acompañó realizó una oración determinando la bendición para todos y reprendiendo los males que causan que los chicos sufran.
Si usted tiene un familiar en esa edad y le gustaría que se sume al GF-teen, acérquese con él a la Universal más próxima a su domicilio: www.universal.org.ar/direcciones
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