Muchas mujeres se hacen esa pregunta al notar que, a pesar de no haber cambiado sus hábitos alimentarios, adquirieron algunos kilos más o tuvieron que comprar ropa de talle más grande a la que usaban. No entendieron por qué engordaron si llevan una vida tan agitada y sin tiempo para esmerarse en las comidas. Y es exactamente en este estilo de vida apurado en donde puede esconderse uno de los motivos para el sobrepeso.
Cuando la mujer pasa por una fase de estrés, originado por la rutina diaria, hasta las dietas para adelgazar más poderosas pierden la fuerza y no sirven. El desgaste físico y mental es la reacción del organismo a los conflictos del día al día. En el intento de adaptarse con lo que sucede a su alrededor, su cuerpo intenta lidiar de la mejor manera con el problema. Esto pasa con las cosas simples y rutinarias. Si usted está esperando un ómnibus, por ejemplo, y repentinamente es sorprendido por un frente frío o una fuerte lluvia, probablemente sentirá un cierto nerviosismo, que nada más es su cuerpo intentando enfrentar una situación inesperada.
Ese sentimiento también se revela en momentos de fuertes emociones, por un shock traumático, por una enfermedad o un mal estar repentino o por el puro y simple hecho de tener muchas preocupaciones y actividades acumuladas, lo que es muy común en los días de hoy.
Recientemente, un estudio realizado por la Ohio State University, en los Estados Unidos, intentó comprobar que todas las situaciones estresantes juntas pueden producir una hormona que aumenta el deseo de comer y como consecuencia da origen a la grasa abdominal, lo que hace que la persona aumente de peso sin que lo perciba.
Según Fábio Gabas, médico clínico general especializado en el manejo del estrés, este proceso puede ser muy complejo. “El estrés causa más de 1.400 reacciones físicas y químicas, incluyendo a neurotransmisores que actúan en el humor y en el sueño, los cuales, a su vez, también participan física y emocionalmente en el proceso del aumento de grasa “, cuenta el especialista.
La conclusión del estudio fue que ese proceso del aumento del estrés y la disminución de la capacidad de quemar calorías puede generar, en un año, el aumento de cinco kilos y principalmente para la mujer, esto es muy relevante.
Lidiando con el estrés
Después de todas estas informaciones, tal vez, usted esté pensando que realmente no podrá mantenerse delgada o dentro del peso ideal por la vida que está llevando. Después de todo, su rutina es realmente agitada, ya hizo varias dietas para adelgazar y siempre vuelve a la misma condición. La buena noticia es que, de acuerdo con el doctor Fábio Gabas, si existe, una solución para esto. “Teniendo hábitos alimenticios saludables y practicando actividad física, usted será capaz de promover un estado metabólico de alta producción de energía, con beneficios para todo el cuerpo y con mayor resistencia al estrés”, indica el médico.
Está claro que nada de esto resolverá el problema en el caso de que juzgue que comer de una manera saludable sea una tortura, o que practicar ejercicios físicos no sea placentero. Actuando de esta manera continuará estresándose y engordando. Por eso no basta solo cambiar los hábitos, es necesario cambiar su mentalidad en relación a la vida y a lo que es saludable. El doctor, recomienda que “el cambio tiene que ser interno, para que sea creado un estado fisiológico y de nueva percepción del mundo, que le permita ver su día a día como algo estimulante, con un propósito mayor, justo, bello y por lo tanto, digno de gratitud. Y no serán más las vacaciones o los beneficios que el dinero compra los que traerán una vida de paz y alegría”, concluye.
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