Rechazo es una palabra que en sí misma trae dolor. A nadie le gusta ser rechazado. Las personas desean ser aceptadas como son. Pero no siempre es así.
El Señor Jesús sabe muy bien lo que es ser rechazado, por cierto, nadie sabe esto mejor que Él:
“Despreciado y desechado entre los hombres, Varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no Lo estimamos.” (Isaías 53:3)
¿Cuántas relaciones son destruidas a causa del rechazo? ¿Cuántas personas le dieron fin a sus propias vidas por ser rechazadas? Pero, a pesar de ser el más rechazado de todos, el Señor Jesús no permitió que es Lo afectara, porque supo (y sabe) lidiar con el desprecio.
- 1-No se rechace:
El Señor Jesús no se rechazaba. Él sabía separar el rechazo de los demás de lo que Él sabía de Sí mismo. “Si yo mismo me rechazo, ¿quién va a aceptarme?” – resalta el obispo. Jesús ya advertía a Sus discípulos sobre el riesgo del rechazo y cómo proceder:
“Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos…” (Marcos 6:11).
“Sacudir el polvo de los pies” simbolizaba, que ellos habían hecho su parte, por eso, no cargarían la culpa del rechazo. Otro consejo importante del obispo es que aprovechemos al mismo para mejorar. A veces es una advertencia que necesitamos cambiar en algo.
- 2-No mendigue atención:
Cuando Jesús era rechazado, Él no mendigaba atención por ser totalmente consciente de Su propio valor. Cuando usted implora la atención de aquellos que lo desprecian, la sensación de rechazo solo aumenta.
- 3-Perdone y ore por los que lo rechazan:
El Señor Jesús no solo perdonó sino que también oró por los que Lo rechazaban.
Si usted no hace esto, desarrolla un corazón enfermo. Nadie quiere a alguien amargado. No permita que el rechazo endurezca su corazón.
- 4-Crea en sí mismo y en su potencial:
Durante todo el tiempo el Señor Jesús permaneció confiado en quién Él era y es. Aun siendo Dios, Él sabe que no puede obligar a nadie a amarlo. Un amor forzado no tiene valor, Él siempre nos da la libertad para amarlo o no. En lugar de enfocarse en imponer amor a aquellos que Lo desprecian, Él se enfoca en los que Lo aman.
Si usted ha experimentado el rechazo en su vida amorosa y no ha tenido la fuerza para superarlo, participe en la Terapia del amor, todos los jueves a las 16 y 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
[related_posts limit=”8″]