En nuestro país se celebra el Día de Todos los Muertos el 2 de noviembre, un día dedicado exclusivamente a recordar, visitar y llevar flores y velas a las tumbas de los parientes y amigos que ya se fueron. Para muchos, recordar a los que murieron es una barrera más para seguir adelante.
La manera de encarar la pérdida es diferente según cada persona. El dolor por la pérdida de un ser querido abarca un período de sufrimiento y duelo después de su muerte. Llorar a alguien es parte del proceso normal de reacción ante esa pérdida. Usted puede experimentar el sufrimiento como una reacción mental, física, social o emocional. Las reacciones mentales pueden incluir enojo, culpabilidad, ansiedad, tristeza y desesperación. Las reacciones físicas pueden incluir problemas para dormir, cambios en el apetito, problemas físicos o enfermedades.
La duración del dolor por la pérdida de un ser querido puede depender de la cercanía de la relación con la persona fallecida, si era de esperarse la muerte, y otros factores. Los amigos, los familiares y la fe pueden ser fuentes de apoyo. La orientación o la terapia para el sufrimiento también es útil para algunas personas.
Es necesario salir adelante
Un día para recordar a las personas fallecidas no parece ser una mala idea. Sin embargo, ¿cuál puede ser el resultado de traer recuerdos de personas que ya se fueron y no regresarán jamás?
Por más difícil que parezca superar el período de luto, es necesario continuar la vida y seguir adelante. De lo contrario, la persona termina teniendo problemas. A fin de cuentas, muchos caen en depresión al no poder dejar atrás recuerdos de esa persona que ya no está.
El dolor va a existir, le cabe a usted saber qué hacer con él. Transformarla en combustible para ayudar a otras personas a enfrentar sus dificultades o encontrar un camino para superar la muerte son buenas opciones. Su vida no se termina con la del otro. Dios tiene planes que usted ni imagina. Y Él puede ser su fuerza para seguir adelante y realizarlos. Usted es el personaje principal y el autor de su historia y necesita escribirla de la mejor manera posible hasta el fin.
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Descubra cómo hacer que ese momento sea un poco menos doloroso
Claro que cada persona tiene su forma subjetiva de lidiar con la pérdida, pero en todos los casos es necesario buscar la superación y en ese momento, nada es mejor que el tiempo.
Negación
Usted no puede creer lo que sucedió, se siente impotente. En el primer momento el dolor es profundo, se siente confundido y no acepta la pérdida de ninguna manera.
Lo que ayuda: acérquese a sus seres queridos, ellos serán solidarios y van a ayudarlo a lidiar con su dolor. El consuelo lo ayudará a sentirse mejor y a estar menos solo.
Rabia
Cuestiona los planes de Dios. Incluso habiendo pasado por el entierro y por las cuestiones burocráticas que conlleva la muerte, todavía le cuesta asumir lo que sucedió, pues, aún está preso de sentimientos y de los recuerdos del fallecido.
Lo que ayuda: entienda que la culpa no es de Dios, la muerte nos llega a todos. Haga que Él sea su gran aliado en este momento doloroso. La fe en Dios es una fuerza muy poderosa que lo ayudará a seguir adelante.
Vacío
Extraña y los sentimientos están a flor de piel, por eso, la sensación permanente es de vacío y tristeza. Es necesario entender que esa persona no regresará y buscar la manera de seguir adelante para escribir una nueva historia, ya que los planes y sueños relacionados con esa persona ya no serán posibles.
Lo que ayuda: deshágase de la ropa, de los bienes y de todo lo que era de esa persona que se fue. Si las fotos le hacen llorar, quítelas de su vista para no complicar su recuperación. Es hora de pensar en usted, colocarse en primer lugar y prepararse para vivir su vida sin ese ser querido
Tristeza
Cuando se da cuenta de que la pérdida ya es un camino sin retorno, todo pasa a recordarle a esa persona que se fue y usted se siente profundamente triste con su ausencia. Es necesario vigilar para que la tristeza no se transforme en depresión.
Lo que ayuda: busque hacer cosas nuevas, aprender algo que no sabe o perfecciónese en lo que sabe hacer bien. Puede ser un trabajo como voluntario, pues ayudará a otras personas que están sufriendo y eso le dará fuerzas para ayudar a través de su experiencia y beneficiar a otros.
Aceptación
Esa es la última etapa del luto. Es cuando usted comienza a aceptar con calma esa pérdida, no se desespera más y ya ha buscado llegar de alguna manera el vacío que el fallecido dejó, pero es claro que el tiempo justo para llegar a esa fase va a depender mucho de cada persona. Lo ideal es que no tarde más de un año.
Lo que ayuda: extrañar a esa persona da lugar a los buenos recuerdos. Pero si recordar esos momentos todavía duele, evite eso. El vacío que quedó debe ser lleno para que haya superación, por eso deje que la fe sea su base en este proceso.
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