“La mente vacía, es oficina del diablo”, mi mamá siempre lo decía. Si usted no ocupa sus pensamientos con los pensamientos de Dios, el diablo ocupará sus pensamientos.
¿Habló hoy con Dios? ¿Ha involucrado su mente examinando la palabra de Dios, aunque sea con un versículo?
Bueno, vaya corriendo y hágalo.
Cuando estamos con la mente volcada en Dios, estamos en sintonía con Él y sabemos cuál es Su dirección para nuestra vida, pues nuestra mente volcada hacia Él es como la estola sacerdotal de Abiatar, que David usó para saber cuál era la voluntad de Dios para aquel momento.
Estamos viviendo tiempos difíciles. Necesitamos estar de pie para escuchar la voz de Dios. Medite en el capítulo 2 de Ezequiel, en los versículos 1 y 2:
“Me dijo: «Hijo de hombre, ponte sobre tus pies y hablaré contigo.»
Después de hablarme, entró el espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba”
Cuando estamos con la mente volcada hacia las cosas de este mundo, escuchamos la voz del mundo – y, como consecuencia, al diablo. Es como si usted quisiera escuchar o ver lo que pasa en un canal de televisión o radio, pero está sintonizado en otro.
Si por un lado “el buen pastor da la vida por las ovejas”, por otro lado, las ovejas deben escuchar la voz de su pastor, que las llama por su nombre. Lea Juan 10, versículos 1 a 18.
Que Dios los bendiga
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