No es de hoy que la pedofilia – delitos sexuales contra niños y adolescentes – ha sido el tema en los noticieros. Lamentablemente, todos los días nos deparamos con casos lamentables que llegan a nuestro conocimiento y nos dejan aterrorizados. Lo peor es que en los últimos tiempos esta práctica abominable ha formado parte de la vida de las personas en los lugares hasta entonces inimaginables.
Tanto es así que a través de una investigación para combatir estos delitos, desde el 2006, se arrestaron a más de 40 pedófilos que trabajaban en tres de los más grandes y famosos parques del mundo: Disney, Universal Studios y Seaworld, todos ubicados en Florida, en Estados Unidos.
Conocidos por encantar a los niños de todo el mundo, estos parques reciben diariamente a millares de familias de todas las naciones, junto a sus hijos, inocentes niños y arrebatados adolescentes.
Según la investigación, los detenidos intentaban marcar encuentros con adolescentes o tenían en sus viviendas material pornográfico involucrando a menores de edad. Hasta ahora 32 de los detenidos ya fueron condenados, ocho se declararon inocentes y otros dos aún no han tenido su primera audiencia en la Justicia.
Aunque ninguno de los crímenes fue cometido en los parques, con la detención de esas personas – al parecer por encima de cualquier sospecha -, las autoridades quieren saber por qué tantos pedófilos fueron contratados por las empresas que están allí para entretener a los niños.
Sin embargo, los parques informan que trabajan “cerca de las autoridades y que no aceptan este tipo de actividad” y, por lo tanto, han ayudado a la policía en todos los sentidos.
Pero usted, padre, madre o tutor, ¿tiene la certeza de que su hijo está seguro en este momento? ¿Ha tomado todas las precauciones para que su hijo, de hecho, esté en buenas manos? La verdad es que el mundo está patas para arriba y, lamentablemente, incluso en los lugares “aparentemente” inviolables su hijo puede estar en peligro.
Por eso, busque conocer bien quién convive con sus niños, no facilite el acoso y déjelos solo bajo el cuidado de personas de su extrema confianza. Por supuesto que no puede “vivir” la vida de su hijo: él necesita ir a la escuela, mantener relaciones familiares y sociales con parientes y amiguitos. Sin embargo, el botón de “alerta” debe permanecer encendido en todo momento, después de todo, todos los cuidados aún son pocos delante de tantos acontecimientos.
No se deje engañar con sonrisas y buenas conversaciones, esté cerca, sea molesto, cuestione, pero, sobre todo, guarde a su hijo de cualquier vergüenza o sufrimiento.
Es importante destacar que los niños no ven maldad en casi nada. Algunos son más sueltos, más sociables; otros, más tímidos. Todos – sin distinción – dependiendo de la edad, son vulnerables, puros y sin malicia. Ahí es donde está el peligro.
Por lo tanto, no subestime la maldad de algunas personas. Por desgracia, esta está presente en todas partes y en diferentes clases sociales, pero depende de nosotros como padres, madres o tutores, el cuidado de nuestros hijos y también advertirles sobre el peligro.
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