Es común a todo ser humano, de cualquier raza, cultura, nacionalidad, clase social o género un profundo sentimiento de que algo está faltando. Apenas pasa la breve alegría de la infancia, que muchos ni siquiera llegan a conocer, una insatisfacción permanente se aloja dentro de la persona.
Claro que pocos hablan al respecto pues la sociedad tiende a juzgar y a aislar a las personas que no parezcan “felices”. La solución de la mayoría es intentar llenar el vacío con algo que le dé por lo menos una satisfacción temporaria. Ese “algo” puede ser alcohol, música, arte, hacer caridad, drogas, religión, trabajo, relación, estudio, juego, fama, dinero, deporte, sexo, shopping – algo que sirva como un corcho para tapar una botella de gaseosa después de que fue abierta. No es la solución, pero va a mantener el gas por un tiempo.
Por un tiempo. Claro que nada logra llenar ese vacío permanentemente. Por eso la búsqueda incesante de las personas por más cantidad y más variedad de experiencias en la vida.
Si tan solamente emplearan sus esfuerzos para buscar la verdadera solución: un encuentro con el Espíritu de Dios. Lo único que puede llenar el vacío. La solución final.
Muchos nos preguntan: “Pero, ¿cómo hago para encontrar a Dios? ¿Cómo tener la paz, la alegría que ustedes tienen?”
Encontrar a Dios es lo más simple y al mismo tiempo lo más difícil que cualquier persona puede hacer. He aquí el por qué, explicado por Él mismo:
“Me buscaréis y Me hallaréis, porque Me buscaréis de todo vuestro corazón.” Jeremías 29:13
Deténgase un minuto y piense en la respuesta a esta pregunta: ¿Qué es lo que más quiere en su vida en este momento? ¿A su marido de vuelta? ¿A su hijo a su manera? ¿Suficiente dinero para salir del apuro? ¿Ganar un juicio? ¿Un poquito de paz? ¿La cura de su enfermedad? ¿Ser correspondido en el amor? ¿Éxito y fama?
¿Cuál ha sido su corcho?
Piense bien en la respuesta. Identifique una cosa que le haría muy feliz, que usted quiere mucho y que se ha esforzado en alcanzar. No se trata ni de sueño ni de fantasía. Es algo que usted realmente quiere y ha buscado con actitudes.
Cuando identifique esa cosa, entenderá lo que es necesario para encontrar a Dios: quererlo y buscarlo por encima de eso.
Cuando Dios Se convierte en lo más importante en su vida, por encima de todas las otras cosas y personas importantes, ahí estará listo para encontrarlo. Es como la bella historia del discípulo y del sabio.
Un discípulo subió a la montaña que estaba frente al mar, en la cima de la cual vivía un sabio.
Preguntó el discípulo: “Maestro, ¿qué hago para alcanzar la sabiduría?” El sabio, sin responder una palabra, se levantó, fue hacia la puerta y le indicó al discípulo que lo acompañara.
Bajaron la montaña en silencio, el discípulo preparándose para oír y aprender el secreto de la sabiduría. Llegaron a la playa y el sabio continuó caminando en dirección al agua. Agua en los pies, en las canillas, en las rodillas. El discípulo dudó, pero el sabio insistió. Agua en la cintura. De repente, el maestro derrumba al discípulo y mantiene su cabeza abajo del agua, sin darle oportunidad de levantarse. El discípulo se alarma, intenta escapar de los brazos del sabio, patalea, traga agua salada – pero el sabio lo agarra firmemente.
Cuando el discípulo ya estaba casi muriendo ahogado, el sabio lo suelta. El muchacho se levanta con violencia, finalmente respira atragantado, escupe agua salada y no logra esconder la bronca: “¿Usted me quiere matar?”
El sabio responde: “El día en que busques la sabiduría como buscabas el aire para respirar, la encontrarás.”
Y volvió en dirección a la montaña. El discípulo se quedó en el agua, jadeante y perplejo. Pero con la respuesta que vino a buscar. Tan simple. Tan difícil.
Si usted quiere encontrar esa sabiduría y vivir en plenitud, podrá hacerlo solo si la Santísima Trinidad se manifiesta en su vida.
Venga a buscarla a la Cadena de las manos tomadas.
Miércoles 20h – En el Nombre del Padre, el Padre enseña.
Viernes 20h – En el Nombre del Hijo, el Hijo libera.
Domingo 9:30h – En el Nombre del Espíritu Santo, que es Poder.
En la Universal ubicada en Av. Corrientes 4070 – Almagro
Puede buscar una iglesia más cerca de su casa: http://universal.org.ar/direcciones