Ni todas las rígidas leyes del gobierno de Singapur son capaces de librar a la población de uno de sus mayores problemas: la adicción a los juegos de azar. La ciudad-estado es conocida por la impecable limpieza, la eficiente planificación y por los duros castigos incluso, por delitos menores (los grafitis, por ejemplo, pueden ser castigados con latigazos). Aunque sus ciudadanos están acostumbrados a seguir las reglas, es común ver a algunos perdiéndose en la adicción.
El que explica la situación es el responsable por la Universal en Singapur, el pastor Alexandre Coelho, que está en el país hace aproximadamente un año. “El trabajo que realiza la Universal es de liberación y de acompañamiento a los adictos”, cuenta.
El ama de llaves Gabarda Dagami, a los 50 años, puede respirar aliviada por ser una de las personas que tuvieron fuerzas para dominar la dependencia a los juegos. “Desde la juventud me involucré con malas compañías y me dirigí hacia varias adicciones como los juegos de azar y el alcohol”, relata. “No podía tener dinero en las manos porque ya lo quería gastar en apuestas y fiestas. Perdí dinero, tiempo y el respeto de mis hijos”, relata.
A pesar de los muchos intentos fallidos anteriormente, Gabarda solo logró recuperar el control sobre sus acciones cuando conoció la Universal. Allí ella fue orientada y su cambio de comportamiento le valió una vida sin pérdidas.
“Aprendí a usar mi fe para liberarme del vicio que me encarcelaba. Desde entonces comencé a reconstruir mi vida. Empecé a dedicarme de verdad a mi trabajo y a mi familia. Hoy me transformé en una nueva persona y reconquisté el amor de mis hijos”, afirma.
Según el pastor Alexandre, la buena receptividad que la Universal recibe por parte de la población colabora con la eficacia del trabajo evangelístico.
“Aunque en Singapur haya una gran diversidad de religiones, las personas desconocen al causante de los problemas, que es el mal. Pero estamos aquí para advertirles”, argumenta el pastor. A pesar de albergar a solo 5 millones de habitantes, el país recibe inmigrantes de todo el mundo, especialmente de Asia. Chinos, malayos, hindúes y muchos otros van al país en búsqueda de trabajo y de mejores condiciones de vida.
Aún con tantas culturas diferentes, el pastor Alexandre cree que los mensajes de fe de la iglesia conquistan espacio en los corazones de los habitantes porque “la Universal no tiene la intención de convencer, sino de demostrar el poder de Dios”, concluye.
Si usted vive en Argentina y desea conocer la Universal, encuentre la dirección más cercana a su domicilio ingresando a www.universal.org.ar/direcciones/
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